Desde hace 11 años, Renault Argentina venía trayendo piezas, componentes, insumos y otros elementos clave para la producción de su fábrica Santa Isabel, en Córdoba, a través del aeropuerto internacional de Ezeiza, en Buenos Aires. Pero a través de una experiencia de prueba, se abrió un nuevo panorama en los últimos días del año pasado.
Generalmente, las automotrices traen sus componentes y repuestos para la fabricación de vehículos por camión (cuando vienen de Brasil) y barco (si vienen de destinos más lejanos). Pero hay momentos o situaciones que deben ser resueltas con urgencia; se trata de proyectos que están en diseño, piezas que están en desarrollo, componentes que se vencen en el corto plazo, conflictos sindicales que afectan el movimiento de insumos y otros imponderables (por ejemplo, las inundaciones del 2024 en Brasil). En estos casos, se utiliza el avión.
A diferencia de lo que se venía haciendo desde 2013, Renault implementó una prueba que intenta iniciar una nueva etapa en la logística de abastecimiento de la compañía, y que tendrá un impacto directo no sólo en Santa Isabel, sino también en el resto de esta industria.
A través del Aeropuerto Internacional Córdoba, la firma trajo un lote de adhesivos, que se aplican en las placas acústicas adheridas al vehículo, componentes de poco tamaño y de rápido vencimiento, utilizando la capacidad de bodega que tiene Air Europa, una aerolínea que tiene tres vuelos directos por semana entre esta ciudad y Madrid, España.
Cuál es el objetivo
El cambio de Ezeiza a Córdoba tiene tres implicancias directas: permite achicar tiempos en la operación de importar componentes y piezas, ya que entre 12 y 13 horas llegó la carga, se trasladó y se nacionalizó en la fábrica, bajo el esquema de aduana en fábrica, con la habitual participación del transportista, de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (Arca) y Senasa, y de los despachantes de Aduana que trabajan para la compañía.
Pero además reduce costos, ya que son 700 kilómetros menos de uso del camión, al tiempo que se logra una disminución de la huella de carbono, un objetivo que ha ganado importancia en todo el sector privado.
Estos tres aspectos marcan un avance importante en un momento en que la importación de insumos y bienes de capital es una actividad que está en crecimiento en todo el país.
“Ezeiza se ha convertido en un embudo, por la congestión del volumen de cargas transportado. Traer componentes a través de Córdoba permite bajar costos, tiempos y la huella de carbono”, explica Martín Miguel Morales, gerente general Supply Chain de Renault Argentina.
Esta primera experiencia se hizo con la conexión entre Córdoba y Madrid, ya que Renault tiene una planta de consolidación de componentes y autopartes en Valladolid, España.
Chances de crecimiento
Pero el proyecto abrió la posibilidad de establecer nuevas conexiones internacionales directas desde Córdoba hacia otros destinos clave para las operaciones de Renault, como Francia, Rumania, Marruecos y Turquía, fortaleciendo su cadena de provisión en el contexto global.
“Hay orígenes que son complejos. Pero este esquema se puede aplicar también a esquemas con vuelos que no sean directos; debe tener origen en otros lugares del mundo y destino en Córdoba. Pero para que esto vaya creciendo, deberíamos ir creciendo en vuelos internacionales y aviones con capacidad de carga de materiales”, agrega el ejecutivo.
En esta experiencia de prueba participaron la agencia ProCórdoba, la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec) y la división Cargas de Aeropuertos Argentina. La idea es crear una ruta semanal de cargas, esquema que pueda ser utilizado por otras empresas del rubro, para alcanzar economías de escala que hagan más conveniente traer y enviar componentes a través del Ambrosio Taravella. Para esto, Renault ya está ofreciendo esta posibilidad a sus colegas de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) y del Clúster Automotriz (Clauto).
“La clave es aceitar el flujo de cargas, experimentar sin la presión de una urgencia y aprovechar los espacios de bodega de las aerolíneas, no sólo para importar; el mismo esquema puede utilizarse para enviar componentes o insumos de Córdoba al exterior”, previene Morales.
La idea es que en 2025 la cadena automotriz pueda tener “un plan B” al habitual uso de los camiones y los barcos para el transporte de insumos y de piezas, tanto en la importación como en el flujo inverso.
Al respecto, el ejecutivo reflexiona: “Esto fue la punta de lanza. Lo importante es aprovechar las bodegas de aviones que ya tienen pasajeros habituales con otros destinos del mundo. Por eso, estamos compartiendo esta experiencia con Clauto, la agencia ProCórdoba y Adefa. Este es el paso que sigue”.