Con 24 incubadoras distribuidas en distintas localidades de la provincia, altamente concentradas en la ciudad de Córdoba con más del 60 por ciento de ellas, el ecosistema de apoyo a las startups (emprendedores de base tecnológica) locales se muestra sólido, aunque todavía hay aspectos que pueden ser mejorados.
Así lo revela un trabajo realizado por el Ieral, el instituto de investigaciones de la Fundación Mediterránea, e impulsado desde la Agencia Córdoba Innovar y Emprender.
De las 24 incubadoras, 16 estuvieron activas durante 2024. La mayoría opera con estructuras reducidas: en promedio, 2,2 personas a tiempo completo. Asimismo, muchas de ellas (44%) tienen una fuerte vinculación con las universidades.
Por otro lado, la duración de los programas de incubación es variable, con una media de seis meses. El ecosistema cordobés, que se muestra tan activo como heterogéneo en cuanto a metodologías y enfoque, registró en 2024 un promedio de 41 postulaciones por incubadora y 17 proyectos incubados por institución.
Según el relevamiento, sólo el 40% de las incubadoras trabaja con verticales estratégicas específicas, como tecnología, impacto social o género, al tiempo que es notoria la voluntad de articulación con sectores productivos y académicos.
El impacto y los desafíos
En este contexto, los programas de incubación cumplen un papel muy importante en acompañar a los emprendimientos, sobre todo en las etapas iniciales.
El 92% de los proyectos relevados sigue en actividad y un 83% logró superar la fase de la idea inicial, alcanzando las etapas de validación, prototipo y desarrollo más avanzado.
Como temas clave para apuntalar sus iniciativas, los emprendedores valoran el acompañamiento técnico, el acceso a mentores, la red de contactos y la capacitación.
Además, consideran a la incubación como una instancia de transformación personal y profesional, ya que recibieron herramientas para ordenar procesos, planificar estratégicamente y escalar el negocio.
¿Qué deben mejorar las incubadoras en el futuro? El relevamiento encontró que existe una alta tasa de deserción, pues sólo el 37% de los emprendimientos logra completar la incubación.
Hay diversas circunstancias que inciden para que se dé este resultado. Una es la falta de acompañamiento posincubación, una débil vinculación con los fondos de inversión y la necesidad de mayor seguimiento a los emprendimientos graduados.
Entre las propuestas estratégicas para superar estos obstáculos, el estudio propone sistematizar los ciclos y metodologías de trabajo, incorporar métricas estandarizadas, establecer mecanismos de seguimiento a largo plazo y mejorar la articulación con inversores, universidades y gobiernos locales.
Los tres ejes principales
Marcos Cohen Arazi, economista del Ieral y coordinador técnico del estudio, identificó tres ejes principales que describen la realidad de la relación incubadoras-incubados en Córdoba.
Como primer punto, destacó el tamaño significativo del ecosistema de asistencia a las startups en la provincia, comparable a otras plazas del mundo que fueron analizadas. “Hay gran cantidad de programas de incubación y de proyectos en el ecosistema local”, aseguró.
En segundo lugar, el especialista ponderó los aspectos más valorados por los emprendedores a la hora de la incubación, como el networking, la capacitación y la posibilidad de contar con mentores.
En cuanto a las oportunidades de mejora, Cohen Arazi mencionó la falta de financiamiento, la escasez de espacio físico y el limitado acceso a ambientes específicos como puede ser un laboratorio. “Todo esto nos señala hacia dónde tienen que enfocarse los próximos desarrollos”, agregó.
Finalmente, el tercer eje está dado por el efecto concreto que tiene para un emprendedor pasar por una incubadora.
Si bien es difícil medir este efecto de manera precisa, porque los proyectos son de áreas diferentes, reciben incubaciones de diverso tipo y muchos arrancan solo con un concepto, “sí hemos podido verificar que numerosos emprendimientos que estaban en los estadios iniciales, sólo con una idea o prototipo, pudieron pasar a la fase de funcionamiento pleno y ventas”, resaltó el economista.
De los datos a las políticas
La tarea por delante es profundizar en estos temas para lograr un entendimiento sólido de hasta qué punto influyen los programas de incubación en los emprendimientos.
“Llevamos más de siete años acompañando el desarrollo del ecosistema, y este relevamiento nos permite identificar los principales resultados alcanzados, así como las oportunidades de mejora para seguir generando emprendimientos con impacto, competitividad y generación de empleo”, expresó Gonzalo Valenci, director ejecutivo de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender.
A la hora de hablar de los desafíos prioritarios en el corto plazo, Cohen Arazi advirtió sobre la situación macro del país, ya que la escala que pueden alcanzar las incubadoras depende mayormente de la envergadura de la economía.
“Tener estabilidad y que los emprendedores accedan a financiamiento y se contacten con inversores se va a lograr si la economía consigue un orden sostenible”, concluyó.
¿Muchos o pocos emprendimientos?
La ciudad de Córdoba tiene 1,4 startups cada 10 mil habitantes, lo cual es una buena cifra en la comparación regional. San Pablo (Brasil) tiene 1,2, Santiago de Chile y Bogotá (Colombia) tienen una y México DF 0,6 startups cada 10 mil personas. Latinoamérica está lejos del mundo desarrollado, ya que por ejemplo Valencia (España) tiene 2,8, Tel Aviv (Israel) 54,8 y San Francisco (Estados Unidos) 176,3 startups.