El negocio de la venta de telas resiste, más allá del contexto de apertura de la importación. Tiendas Chammé, el tradicional negocio con enclave céntrico, sumó una sucursal en zona norte. Se trata de un paso histórico para la casa que nació en pleno centro de la ciudad de Córdoba, en la primera cuadra de Ituzaingó.
El flamante local está en el complejo Libertad Rodríguez del Busto; en el área del Híper Construcción. Los propietarios de Chammé explicaron que la mayor llegada de importaciones les requirió bajar los márgenes, con el fin de alcanzar competitividad y brindar mejores precios a sus clientes. Al mismo tiempo, los insumos de la industria nacional también se vienen acomodando al nuevo esquema comercial que la política económica del gobierno impulsa; aseguraron.
El negocio que fundaron Camel Chammé, junto a sus hermanos Nasim y Nury en 1963 en Córdoba, está hoy en manos de la segunda y tercera generación. Habían iniciado la actividad en Río Segundo y eligieron la Capital para crecer.
Telas importadas y nacionales
En la actualidad, puede ofrecer a sus clientes la tela importada que deseen sin demoras y a través de su proveedor de confianza. “Se trata de un contexto en el que tenemos disponibles las herramientas comerciales que nos permiten mejorar el servicio al cliente, pero para adaptarnos a la situación actual, fue necesario apostar a la baja de precios y aumentar la cantidad vendida, creciendo así en volúmen y manteniendo rentabilidad”, detalló Camilo Chammé, socio de la tienda.
Y agregó que este enfoque implica salir a buscar nuevos clientes: “Ese es el camino que estamos transitando con la apertura de nuestro nuevo local en Hiper Construcción, que se potencia también con los canales comerciales digitales”.
La receta es “siempre poner primero al cliente y en ese sentido, innovamos día a día apostando a la tecnología como herramienta, por ejemplo, para agilizar la facturación y hacerle más simple la compra”.
“Desde hace más de 60 años estamos en el mantel del comedor de la abuela donde comparte lindos domingos con sus nietos; en las cortinas de mamá que dan calidez al dormitorio de los chicos; en el vestido de quince de su hija; en el de las egresadas que cumplen sus sueños y el de las novias. Eso nos hace felices”, aseguró Chammé.
Hoy, Olga, Luisa y Mary, esposas de los fundadores, se enorgullecen de ver crecer la empresa familiar donde ya está incorporada la tercera generación de los Chammé.