Las empresas están redefiniendo su matriz energética, buscando mejorar costos y reducir la huella de carbono. En este escenario, Córdoba consolida su liderazgo con un modelo que promete transformar el acceso a la energía solar: los parques generadores comunitarios virtuales. El primero de estos desarrollos comienza a operar de manera plena en agosto.
La obra, diseñada y ejecutada por Max Energía, empresa especializada en energía solar fotovoltaica, está ubicada en Villa Esquiú, más precisamente en el centro de distribución de la firma Pinturerías Garín. La energía producida abastecerá a los 15 locales de la firma.
Esta modalidad de generación ofrece a organizaciones de todo tamaño la posibilidad de abastecerse de energía limpia, reducir drásticamente sus costos operativos y disminuir su huella de carbono, sin la necesidad de contar con grandes superficies propias para ello.
El corazón de esta propuesta radica en el sistema de autoconsumo virtual. A través de una medición inteligente y de sistemas informáticos, la energía generada en un único punto puede asignarse proporcionalmente a múltiples usuarios ubicados en distintos lugares, como si cada sucursal contara con sus propios paneles.
Este esquema no sólo maximiza el ahorro en la factura eléctrica y elimina las barreras físicas para la adopción de energías renovables, sino que también optimiza la eficiencia de la inversión al tratarse de un proyecto compartido, abriendo un nuevo abanico de posibilidades para la competitividad del tejido empresarial.
Una primera prueba piloto
“Instalamos en total 324 paneles de 590 vatios (W) cada uno: 270 para el parque generador comunitario y 54 para el consumo específico del centro de distribución de Garín”, detalló Darío Calderón, socio fundador de Max Energía.
En rigor, el parque generador comunitario virtual es tan novedoso que esta primera instalación constituye una prueba piloto.
Por este motivo, si bien la parte técnica e informática ya está instalada, el desarrollo aguarda todavía el visto bueno final de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec), bajo cuya órbita está el avance del emprendimiento.
Según Calderón, se espera que esta aprobación salga en breve y que el parque comunitario virtual entre en funcionamiento pleno en el transcurso de agosto.
“Al tratarse de un sistema tan nuevo, la aprobación oficial requiere cumplir distintos pasos y no es tan ágil como en el caso de un usuario generador convencional”, precisó el socio fundador de Max Energía.
Por otra parte, estos parques comunitarios pueden ayudar a reducir los períodos de repago que implican estas inversiones, que actualmente se ubican en cinco o seis años para usuarios de potencia, y entre dos y cuatro para generadores más pequeños, siempre dependiendo de la tarifa y del uso de la energía.
El crédito, la materia pendiente
Si bien la gestión de costos de las empresas se ve beneficiada por estos parques solares, su instalación aún está lejos de ser masiva.
Calderón explicó este fenómeno por la dificultad que encuentran los interesados para acceder al financiamiento necesario.
“Hoy por hoy, el crédito está muy caro. Las empresas ven que los parques comunitarios generadores virtuales son muy convenientes, pero, ante un financiamiento tan caro, que actualmente está por encima del 40%, analizan muy bien la situación antes de invertir”, añadió.
Asimismo, resaltó que la modalidad de generación comunitaria permite concentrar el desarrollo en un solo lugar, evitando la instalación de sistemas individuales en los techos de cada sucursal y optimizando los costos tanto desde el punto de vista económico como logístico.
Calderón mencionó también que los gobiernos provincial y nacional tienen en estudio distintas posibilidades de asistencia para este tipo de instalaciones, vía reducciones o facilidades impositivas.
La gran apuesta para 2030
Fabián López, ministro de Infraestructura de la Provincia, señaló recientemente en Jesús María que el objetivo, mediante el programa Apolo 800, es llegar en 2030 a los 800 megavatios (MW) de energía distribuida. Hoy, Córdoba está en 25 MW.
En este sentido, el funcionario agregó que, más allá de que Córdoba es la provincia argentina más avanzada en generación distribuida, va a ser necesaria una fuerte inyección de proyectos privados.
Precisamente, Calderón adelantó que es notorio el creciente interés de las organizaciones en desarrollar parques generadores comunitarios bajo la modalidad virtual, incluso de mayor tamaño que el instalado en Villa Esquiú.
Actualmente, son tres las figuras existentes en relación con la generación de energía renovable: usuario generador, generador comunitario y generador comunitario virtual.
El primero se refiere a cualquier ciudadano, comercio o institución que decide producir energía renovable, por ejemplo, con un equipo eólico o paneles solares, e inyectar a la red lo que no utiliza. Esa energía se le descuenta de su factura, generando un doble ahorro: por lo que autogenera y deja de comprar (evitando también impuestos y tasas asociadas) y por el excedente que aporta al sistema.
En tanto, el generador comunitario implica que un grupo de personas o entidades comparten un sistema de generación renovable instalado en un lugar común. Esta figura permite que quienes no pueden tener un equipo en su propiedad se sumen igualmente a la transformación energética, integrándose a una comunidad que genera energía de manera cooperativa.
Finalmente, en el modelo de generador comunitario virtual, los usuarios comparten un mismo sistema de generación renovable, aunque estén en lugares distintos, y cuentan con medición inteligente que registra en qué momento y cuánto consumen.
Con esos datos, una plataforma informática desarrollada por el Gobierno de Córdoba permite asignar a cada usuario su parte proporcional de energía como si la hubiera producido en su casa. Esto maximiza el ahorro, elimina la necesidad de usar espacios propios y reduce los costos, ya que el proyecto compartido mejora la eficiencia de instalación.