El 6 de noviembre se festeja en Argentina el Día de la Exportación, extrañamente conmemorando una importación al Virreinato del Rio de la Plata ocurrida en esa fecha de 1809, según lo dispuso por decreto el entonces presidente Ramón Castillo en 1942. Celebramos a la exportación con el día de una importación.
Si uno consulta en Google o en ChatGPT, puede encontrar que Argentina también festeja el Día de la Exportación el 6 de agosto, fecha en la que se registró la primera exportación, el envío de cueros a Brasil, definida por la Fundación Exportar.
Lo anterior parece anecdótico, aunque puede mostrar ejemplarmente cómo la política trató a la exportación. Todos los partidos dicen que hay que exportar más, aunque luego aplicaron acciones para dificultar su desarrollo.
Sin embargo, a pesar del sesgo antiexportador de la economía argentina, los productores y fabricantes de nuestro país pudieron más: las exportaciones argentinas muestran un cambio significativo en la velocidad de crecimiento durante el tercer trimestre del año. Luego de un incremento interanual moderado del 7,5% en julio, en agosto las ventas externas aceleraron su avance hasta el 16,4% y en septiembre consolidaron esta tendencia con una expansión de 16,9%.
Este desempeño refleja una recuperación del aparato exportador, impulsada por un tipo de cambio algo más alto, mejores precios relativos y una demanda internacional más sólida en sectores específicos.
El tercer trimestre del 2025 fue el mejor trimestre exportador de la economía argentina, siendo esta una gran noticia para nuestro país.
Si se confirma este desempeño exportador, las ventas externas de 2025 terminarán siendo las segundas mejores de los últimos 20 años y una de las más altas de la historia.
Impulso por tipo de producto
Las ventas de Argentina al mundo vienen tomando impulso. En septiembre, el mayor dinamismo se concentró en los productos primarios, que crecieron un 43% comparando el mismo mes del año anterior. También fue importante la suba de 25% en las ventas de combustibles y energía. Las manufacturas de origen agropecuario (MOA), que son uno de los rubros más exportados por nuestro país, también aceleraron, con un aumento de 11,2%.

La fuerte mejora en productos primarios confirma el impacto de la recuperación agrícola, mientras que la suba en combustibles está asociada a Vaca Muerta y los productos refinados.
Mercados internacionales: oportunidades y alertas
Las exportaciones acumuladas en los primeros nueve meses crecieron 7,5% contra el mismo período de 2024.
Entre los principales socios comerciales se observa un comportamiento diverso, ya que mientras las exportaciones a China subieron 29,3%, los envíos a Brasil, nuestro principal mercado, cayeron 4,9%, un dato relevante dado su peso en manufacturas de origen industrial (MOI), lo cual afecta a la industria automotriz y metalmecánica del país.
Un mercado estrella que empujó nuestras exportaciones fue India, con un crecimiento de 57,8%, y más allá de la guerra comercial, las ventas a Estados Unidos subieron 23,1% en el acumulado hasta septiembre.
África: el “mercado estrella” del año
Un mercado que sobresale es África, adonde se pasó de exportar por U$S 2.166 millones a U$S 2.898 millones en la primera parte del 2025, lo que representa una expansión del 34%.
En este continente podemos destacar algunos países donde ese porcentaje fue superior al promedio, mercados donde el volumen exportado es significativo.
Por ejemplo, Nigeria aumentó 182% sus compras a la Argentina y sucedió lo mismo en Kenia (72%) y Marruecos (57%).
El continente se posiciona, así como un vector estratégico para expansión de las MOA, hidrocarburos y productos de la cadena agroexportadora.
Las patas que faltan
Según la Cámara de Comercio Argentino Americana (Amcham) nuestro país podría exportar U$S 128 mil millones en 2033. El problema es que tienen tres debilidades grandes:
a) Nuestro país es uno de los pocos que gravan con impuestos a las exportaciones y eso impacta muy negativamente en la competitividad. Solo ocho países del mundo utilizan estos impuestos como fuente de recaudación tributaria.
b) Carecemos de acuerdos comerciales con el mundo. Chile tiene 31 acuerdos, Perú 21 y Colombia 15. Nuestras exportaciones no sólo pagan impuesto para exportar, sino que se les aplican aranceles al ingreso a los mercados por la falta de acuerdos de integración. El 70% del comercio mundial se ejecuta entre países con acuerdos comerciales y, según estudios internacionales, será del 80% antes del 2030, por lo que quedarnos afuera de los acuerdos, no mejorará nuestra economía, sino que debemos acelerar en ese sentido.
c) Hay una débil facilitación del comercio en el proceso de exportación e importación. Recientemente, la Federación de Cámaras de Comercio Exterior de Argentina (Fecacera) le hizo llegar al ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, un listado de 25 propuestas de modificación muy necesarias para el desarrollo y facilitación de exportaciones e importaciones. Algunos buenos casos propuestos son que la verificación de contenedores en el puerto a menudo genera costos adicionales por movimientos extra en las terminales. Si bien esta potestad es legítima, es fundamental que no genere perjuicios económicos para los importadores.
Al respecto, Fecacera propone algo lógico: diferir el control a aduanas interiores mediante un sistema de alertas Canal Rojo. Algo similar sucede en las intervenciones sobre contenedores con imágenes sospechosas tras escaneos en puerto, cuando estos han sido previamente revisados en la planta del exportador, deben ser rápidas para evitar pérdidas de buques, ya que esto afecta a la operatoria del comercio exterior. Nuestra posición en el mundo es incómoda para darnos el lujo de castigar también operativamente a las exportaciones.
Cambio de ritmo y diversificación
La Argentina recupera competitividad exportadora, con un cambio de ritmo muy marcado desde agosto.
Además de los sectores clave (agro y energía), se observa una diversificación geográfica en crecimiento, especialmente hacia Asia y África, donde India juega un papel importante, y algunos países africanos deben entrar en el radar de las empresas exportadoras de nuestro país.
El mal desempeño con Brasil puede afectar al sector industrial y a las exportaciones de mayor valor agregado.
Hay una tarea pendiente para desburocratizar exportaciones e importaciones, lo que impactará en mayor competitividad y menores costos.
El desafío central para 2026 será consolidar la aceleración exportadora mediante:
- Una mayor inserción de las MOI y los servicios en mercados extra-Mercosur.
- Un mejor aprovechamiento de acuerdos comerciales y preferencias arancelarias y más acuerdos.
- Aplicar estrategias de inteligencia comercial para África y Asia.
- Implementar políticas que fortalezcan competitividad logística y aduanera.
El acuerdo con Estados Unidos va en el sentido de abrir más mercados, en este caso con el mayor importador global y podría duplicarse las exportaciones a ese mercado en el mediano plazo, con impacto en alimentos como miel, vino y carnes.
La tendencia es alentadora: Argentina vuelve a ganar velocidad en el comercio global. Pero sostenerla requerirá una agenda exportadora ambiciosa y coordinada entre los sectores público y privado.
(*) Docente UCC y UNC y docente invitado en la Universidad de Montpellier (Francia)


























