La firma cordobesa Peñón del Águila surgió en 2007. El proyecto original del empresario Sergio Roggio era abrir un parque temático de aventura para atraer turistas a La Cumbrecita. Con el tiempo, la pyme familiar empezó a activar otras unidades de negocios, como la cerveza artesanal y el gin de elaboración propia.
Cuando la cerveza empezó a escalar, la empresa comenzó a subir la apuesta. Esto los llevó en 2013 a tener su propia planta de producción en Malagueño. Es allí donde ahora llevarán adelante un festival, Peñón Fest XL, en conjunto con Jiménez Récords, la productora de Carli Jiménez.
No es la primera vez que la marca incursiona en los festivales, ya que había organizado tres ediciones antes de la pandemia, pero no con el nivel de “profesionalismo” de este. “Trabajamos con la misma productora del Festival Bum Bum y la que trajo a Ricky Martin, así que apostamos a una producción mucho más profesional para hacer un evento a otra escala”, dice Marcelo Roggio, director ejecutivo de la marca.
Según explica Roggio, el festival que se realizará el 11 de marzo demandará una inversión de $ 40 millones para poner en escena a más de 10 artistas musicales y contar con alrededor de 12 puestos gastronómicos y barras.
“Queremos brindar una propuesta completa y atractiva. Va a haber artistas como Mateo Morandin, Martín Huergo, La Barra, Kapanga y Ke Personajes”, dice el ejecutivo, quien también explica que los food trucks serán de “marcas amigas”.
La apuesta al público
En cuanto a la rentabilidad de un evento de tal escala, Roggio afirma que el foco del festival no está puesto en un retorno monetario, sino en “el impacto que puede tener a nivel de la marca y de la fidelización”.
“El festival nació para generar un espacio que nos pusiera en contacto directo con los consumidores de Peñón y los seguidores de la marca. Es una ocasión para conocer más en primera persona nuestro mercado”, agrega.
Al respecto, agrega: “Además, abrimos las puertas de nuestra casa porque lo hacemos en la fábrica, la gente va a tener la posibilidad de conocer las instalaciones en el evento”.
La pyme estima una asistencia de alrededor de nueve mil personas, casi el doble de convocatoria que tuvieron en ediciones pasadas. En este sentido, ofrecerán 15 mil litros de cerveza, con la posibilidad de probar productos de edición limitada.
También pondrán a disposición su gin de elaboración propia, que ya es exportado a algunos países, tal el caso de Japón. “Van a estar Maleficio, nuestro gin, y nuestro gin tonic, que está hecho con agua tónica también de elaboración propia”, comenta Roggio.
“En lo que respecta a entradas, a bebidas y a propuestas gastronómicas, vamos a ser muy cuidadosos porque la realidad es que es un evento en el que apuntamos a cubrir esos gastos. No apuntamos a que sea algo de máxima rentabilidad, sino algo de máxima convocatoria y experiencia”, concluye con respecto a la rentabilidad de la convocatoria.
Perspectivas para 2023
Más allá del gran escalamiento que tienen sus principales unidades de negocio, que son la cerveza y el gin, Roggio plantea que buscan llevar el festival a otras ciudades fuera de Córdoba.
“La idea es que este año podamos replicarlo en otras ciudades en las que Peñón tiene presencia, ya sea a través de franquicias o a través de distribución propia”, adelanta.
“Esto se debe a que estamos teniendo muchísimas consultas de gente de otros lugares del país, e incluso mucha gente viene de distintas provincias por la propuesta musical y por la posibilidad de conocer la fábrica, que es algo que no siempre está disponible”, continúa.
En este sentido, adelanta que tienen planeado realizar el evento al menos dos veces por año.
Acerca de Peñón Fest
La convocatoria es para el sábado 11 de marzo en las instalaciones de la empresa en Malagueño. Comenzará a partir de las 15 y durará 12 horas.
“Es para todas las edades y va a haber actividades supervariadas, además de los trucks de comida y la grilla de artistas, como espacios con juegos, performance en vivo. Y la posibilidad de probar todas las cervezas Peñón directamente desde la fábrica”, concluye Roggio.
