El terreno de Love Córdoba, el malogrado emprendimiento inmobiliario que inició Inverco en El Tropezón y que no pudo terminar, sale a subasta electrónica.
Se trata de la liquidación judicial del fideicomiso, un proceso similar al de una quiebra y que también se rige por la Ley de Concursos y Quiebra.
El Juzgado en lo Civil y Comercial de 39° Nominación ordenó la subasta electrónica del terreno, ubicado en intersección de las avenidas Colón y Cárcano, un predio de 2,5 hectáreas que, si bien aún tiene restos de lo que intentó ser un complejo de departamentos con oficinas y centro comercial, actualmente está desocupado.
El inmueble saldrá a la venta con una base de U$S 3,5 millones. Según se informó desde el portal de prensa del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), las personas interesadas en adquirir podrán hacer sus ofertas a través de la página web https://subastas.justiciacordoba.gob.ar/, desde el 4 de noviembre a las 11 horas hasta el 11 de noviembre a las 11 horas.
Según detalla el martillero Víctor Martín Artaza, el inmueble ubicado en la zona oeste de la ciudad de Córdoba está a 8 kilómetros del área central y colinda con el complejo Alto Villasol, desarrollado por Gama.
El profesional a cargo de la e-subasta agrega que “en el sector predomina el uso residencial con vivienda individual y colectiva, aunque también hay desarrollos institucionales de escala urbana, locales de espectáculos públicos y grandes superficies comerciales”.
Un ícono de los problemas del desarrollismo
Love Córdoba intentó ser un proyecto inmobiliario ícono. Su ubicación es clave, ya que está en una de las “puertas de acceso” de la ciudad más importantes, no sólo porque viene de Sierras Chicas, sino además porque está a minutos del estadio Mario Alberto Kempes y del Centro de Convenciones Córdoba.
Este era el objetivo de Inverco, la desarrollista de la familia Carranza: compró la tierra en 2013 y preparó el proyecto, un complejo de 140 mil metros cuadrados con 800 departamentos en cuatro torres; un bloque para comercios y oficinas; un edificio corporativo de 23 pisos, en el que estaba previsto un hotel, y cocheras para casi 1.500 vehículos.
El emprendimiento se lanzó comercialmente en 2014 y empezó a construirse en 2015, con el plan de hacer la primera entrega en 2018. Pero la crisis que afectó a la economía ese año, y que en 2015 marcaría el final del gobierno de Cristina Fernández, puso en jaque a un proyecto que ya tenía 20% de sus unidades vendidas. Fue así que empezó a frenarse y nunca pudo avanzar más allá de la estructura de algunos pisos; terminar este emprendimiento implicaba, en aquel momento, como mínimo U$S 70 millones.
El entonces titular de Inverco, Luis Carranza, intentó incorporar socios que le permitieran terminar el proyecto, mantuvo negociaciones con desarrollistas locales, pero no prosperaron.
Finalmente, pasó a engrosar la lista de desarrollos inmobiliarios fallidos en la ciudad, junto a Antigua Cervecería, de Euromayor, y otros proyectos de firmas como Ribeiro Construcciones y Conoc.
El caso tuvo dos derivaciones principales. Por un lado, a mediados de mayo de 2023, el Juzgado en lo Civil y Comercial de 39° Nominación ordenó la apertura de la liquidación del fideicomiso de garantía, a la cual se presentaron entre 160 y 170 acreedores –la cifra aún no está cerrada a la espera de alguna verificación tardía de nuevos acreedores– que están a la espera de poder recuperar algo de la inversión.
Por el lado penal, el caso derivó en la investigación por un posible caso de megafraude, a cargo del fiscal Enrique Gavier, que terminó con cinco personas detenidas, entre ellas directivos de Inverco, profesionales vinculados a la empresa y dos personas relacionadas con la propiedad de la tierra. En ese momento, se los imputó de los delitos de asociación ilícita y estafas reiteradas por la venta de departamentos en pozo.
Posteriormente, los imputados quedaron fuera de la cárcel por falta de riesgo procesal y algunos de ellos fallecieron. Pero la causa continúa en estado de investigación, proceso que está “bastante avanzado” y con un importante “grado de probabilidad de que estén acreditados” los hechos, según se informó desde la fiscalía.
De todas formas, esta última causa en nada se vincula con la subasta, ya que se trata de la liquidación del fideicomiso de garantía.
