NUEVA YORK (AP) — De niño, Fred Hechinger soñaba con escapar para unirse a un circo. Ahora, a medida que su carrera actoral despega, bromea diciendo que se siente como si finalmente estuviera viviendo ese sueño infantil.
“Pensé que eso parecía realmente divertido. Y ahora, de alguna manera, siento que trabajo en el circo”, le dijo Hechinger a The Associated Press, que lo seleccionó como uno de sus Artistas Revelación de 2024.
La ligereza le sienta bien al joven de 25 años, a pesar de su papel como el tiránico emperador Caracalla en “Gladiator II” ("Gladiador II"). Aunque su año —que ha incluido la muy elogiada “Thelma”, con June Squibb— ha sido “divertido y ocupado”, Hechinger dice que también se siente "como un año reflexivo en este momento”.
Hechinger inició su carrera actoral con el melodrama adolescente de Bo Burnham “Eighth Grade”, estrenada en 2018. En 2020, actuó junto a Tom Hanks en el western dirigido por Paul Greengrass “News of the World” ("Noticias del gran mundo"). Pero fue en 2021, interpretando a Quinn Mossbacher en la primera temporada de “The White Lotus” de HBO, donde realmente causó sensación.
Con el éxito de “Gladiator II” y “Thelma”, y el próximo estreno de “Nickel Boys”, basado en la novela ganadora del Premio Pulitzer —sin mencionar la anticipación por la historia derivada de Spider-Man “Kraven the Hunter”— Hechinger es consciente de los desafíos que conlleva la fama. Sin embargo, combinar su vida privada y pública no parece inquietarlo —dentro de lo razonable, por supuesto.
“Todos somos humanos y todos deberían ser tratados como seres completos. Pero no tengo quejas particulares en este momento”, dice Hechinger.
En cambio, expresa gratitud por la oportunidad de cumplir su sueño.
“Por muchos años quise contar historias y ser actor”, dice. “Así que, el momento en que comenzaron a pagarme por hacerlo, cuando era un trabajo, un trabajo real, hacer esta cosa que amaba, interpretar y concentrarme y trabajar de esta manera, eso es algo que considero una bendición”.
Con su apretada agenda, Hechinger ha aprendido una valiosa lección: una vez que termina el rodaje, es hora de dejar ir. Reconoce que después de haber hecho su parte, el proceso está fuera de sus manos. Aunque no tiene hijos, compara terminar una película con criar niños y enviarlos al mundo.
“Siempre estás ahí para ellos, te preocupas por ellos, pero no puedes estar con ellos en cada paso del camino. Tienes que dejar que se mantengan por sí mismos”, compara Hechinger. “Es lo mismo con una película: una vez que está terminada, has hecho todo lo que puedes, y ahora es el momento de estrenarla, compartirla y esperar que la gente se conecte con ella”.
Con su año de revelación llegando a su fin, Hechinger quiere continuar con el impulso de contar historias.
“Me encanta poder hacerlo y solo quiero seguir haciéndolo de maneras que me empujen y me asusten un poco”, dice, “y también tomar esos riesgos creativos y, con suerte, dar a las personas historias que puedan significar algo para ellos”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.