LONDRES (AP) — El exprimer ministro Boris Johnson declaraba el jueves por segundo día en una pesquisa pública sobre la pandemia del COVID-19 en Reino Unido, donde se espera que sea interrogado acerca de la gestión en las últimas fases de la crisis.
Johnson, quien testificará bajo juramento, admitió el miércoles que cometió errores a la hora de comprender el alcance de la pandemia y que sus asesores no hicieron sonar “suficientemente alto el claxon de alarma” sobre el virus.
“No se me informó de que esto era algo que iba a requerir una acción urgente e inmediata", dijo agregando que el “nivel de pánico no fue lo suficientemente alto”.
Sus declaraciones se produjeron tras semanas de testimonios de otros ministros, incluyendo el exsecretario de Salud, Matt Hancock, que dijeron que trataron de dar la voz de alarma dentro del gobierno. Hancock alegó que podrían haberse salvado miles de vidas al decretar un confinamiento unas semanas antes de la fecha en la que se hizo, el 23 de marzo de 2020.
Reino Unido tuvo uno de los confinamientos más largos y estrictos de Europa, además de una de las tasas de mortalidad por coronavirus más elevadas del continente, con el COVID-19 como causa de la muerte de más de 232.000 personas.
La investigación busca descubrir las lecciones aprendidas con el COVID-19 para ayudar a las autoridades a responder mejor a futuras pandemias, pero sus revelaciones podrían empañar más aún la maltrecha reputación de Johnson.
Johnson, quien fue celebrado por lograr una abrumadora victoria para el Partido Conservador en 2019, se vio obligado a renunciar como primer ministro el año pasado tras una serie de escándalos, incluyendo las fiestas con alcohol en las oficinas de Downing Street mientras el país estaba confinado durante la pandemia.
