BUENOS AIRES (AP) — La última y decisiva práctica del Atlético Mineiro este viernes antes de la final de la Copa Libertadores contra Botafogo se vio alterada por un extraño episodio que protagonizaron el delantero Deyverson y su compañero chileno, Eduardo Vargas.
En el predio del club bonaerense Defensa y Justicia y con la presencia de periodistas, Deyverson corrió detrás del extremo y lo sacudió. El chileno entonces lo empujó y tomó del cuello. El asunto no pasó a mayores porque se interpuso entre ellos el colombiano Brahian Palacios.
Consultado durante la conferencia de prensa previa a la final, el capitán Hulk minimizó el episodio y dijo que se trató de una broma.
“No vi el chiste de Deyverson con Vargas”, comentó el delantero entre risas. “Pero también tienen que haber estos momentos en una situación tan especial para nosotros, no tenemos que absorber sólo cosas serias y negativas”.
Añadió que “cuando tenemos que ser serios, lo somos, pero cuando tenemos que relajarnos, lo hacemos. Tenemos que relajarnos”, insistió.
Luego del episodio, los involucrados salieron abrazados al reconocimiento de campo del estadio Monumental de Buenos Aires, que albergará la final entre brasileños. En sus redes sociales, Deyverson compartió la imagen y se burló de una publicación que aludía a “un clima caliente” en el Mineiro.
El capitán del Galo señaló que Botafogo “es el favorito” porque “colectivamente el año fue mejor el de ellos”.
“No va a ser fácil, tenemos un gran adversario enfrente. Está en su mejor momento”, remarcó Hulk, en referencia a que el conjunto carioca no sólo es finalista de la Libertadores, sino que también lidera el campeonato brasileño a falta de dos fechas. “Pero esto es una final, gana el más concentrado, el que falla menos”.
El fornido atacante de 38 años no dudó en calificar el encuentro como “el partido más importante de mi vida. Estoy dispuesto a dejar la vida”.
“Gané títulos importantes en mi carrera, pero sin dudas la final con la que más placer voy a jugar es mañana (por sábado)”, confesó.
Mineiro busca su segundo trofeo continental después del que obtuvo en 2013.
“Tengo mucha confianza en ellos, siento que vamos a hacer una gran final y vamos a ser muy competitivos”, dijo el entrenador argentino del “Galo”, Gabriel Milito, sobre sus dirigidos. “Somos privilegiados por estar aquí. Merecidamente estamos aquí. Queremos darle un cierre a este año ganando la final, entendiendo que será como cualquier final de copa: pareja, disputada, difícil”.
El estratega de 44 años no confirmó el equipo, pero adelantó que “hay un plan de juego y en función de eso distintas alternativas... Estamos preparados para jugar la final presionando al Botafogo, también preparados para adoptar posición de más control posicional y retroceder. El equipo sabe cuándo jugar en mitad de cancha y presionar y cuándo retroceder. Lo hemos hecho toda la Copa Libertadores”.
Respecto al rival, el ex zaguero de la selección Argentina y el Barcelona de España advirtió que “hay que evitar perder la pelota y finalizar todas las jugadas. Aplicar lo que me enseñaron como defensor. No miramos el ataque, sino al posible receptor rival”.
Si Mineiro se consagra, Milito hará historia como el primer entrenador argentino campeón de la Copa Libertadores al frente de un equipo brasileño.