DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza (AP) — El primer ministro israelí se opuso el sábado los crecientes llamados de sus aliados occidentales para hacer más por proteger a la población civil palestina, mientras sus tropas se acercaban al mayor hospital de Gaza, que según Israel es el principal puesto de mando de Hamás, pero que sigue albergando a miles de pacientes y refugiados.
Benjamin Netanyahu dijo que la responsabilidad de los daños a los civiles recae en Hamás, repitiendo sus acusaciones de que el grupo insurgente utiliza a los gazatíes como escudos humanos. Aunque Israel ha instado a la población a desalojar las zonas de combate, “Hamás está haciendo todo lo posible para impedir que se marchen", añadió.
La declaración se produjo después de que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, pidió un alto el fuego e instó a otros líderes a sumarse a su llamado. Además, en declaraciones a la BBC, apuntó que no había “ninguna justificación" para los bombardeos israelíes.
Tras el letal ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, que dejó al menos 1.200 fallecidos, los aliados israelíes habían defendido el derecho del país a defenderse. Pero ahora que la guerra ha entrado en su segundo mes, hay cada vez más diferencias con respecto a la forma en la que muchos creen que Israel debería llevar a cabo su campaña.
Estados Unidos ha estado presionando para conseguir pausas temporales que permitan una mayor distribución de ayuda crucial entre los civiles del asediado territorio, donde las condiciones son cada vez más desesperadas. Pero Israel ha accedido únicamente a breves pausas diarias durante las cuales los civiles pueden salir de las zonas de combate en el norte de la Franja y marcharse a pie al sur a través de la principal arteria que une los dos extremos del enclave.
Desde el anuncio de estas ventanas de evacuación hace una semana, más de 150.000 civiles han huido del norte, de acuerdo con los observadores de Naciones Unidas. Pero decenas de miles continúan en esa zona, muchos de ellos refugiados en hospitales y en atestadas instalaciones de la ONU.
Los civiles palestinos y los defensores de los derechos humanos han rebatido la afirmación israelí acerca de la "relativa" seguridad" de las zonas de evacuación, señalando que la aviación sigue bombardeando toda Gaza, incluyendo el sur, donde según el ejercito tienen como objetivo a los líderes de Hamás, pero donde se han cobrado también la vida de mujeres y niños.
Estados Unidos e Israel difieren también en cómo debería ser la Gaza de la posguerra. Netanyahu y los líderes militares han dicho que esto debe determinarlo únicamente las necesidades de seguridad del país, como garantizar que no surjan amenazas desde el territorio. Israel sostiene que su objetivo con la guerra es aplastar a Hamás, el grupo insurgente que gobierna la Franja desde hace 16 años.
En declaraciones a reporteros el viernes durante su gira por Asia, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, presentó lo que calificó como los principios fundamentales para una Gaza de posguerra, algunos de los cuales parecían ir en contra del enfoque israelí.
Blinken indicó que los principios incluyen que no haya “ningún desplazamiento forzoso de palestinos de Gaza, ningún uso de Gaza como plataforma para lanzar ataques terroristas o de otro tipo contra Israel, ninguna reducción del territorio de Gaza y un compromiso con un gobierno liderado por palestinos para Gaza y Cisjordania, y de forma unificada”.
La preocupación ha aumentado en los últimos días a medida que los combates en los vecindarios de la Ciudad de Gaza se han acercado a los hospitales, que según Israel están siendo utilizados por los miembros de Hamás.
Los palestinos dijeron el sábado que desde el hospital de Shifa, el más gran de del enclave, podía verse a las tropas israelíes. Israel sostiene que el principal centro de mando del grupo insurgente está debajo del complejo hospitalario, algo que tanto Hamás como el personal de Shifa niegan.
Miles de civiles se habían refugiado en el centro en las últimas semanas, pero muchos huyeron el viernes luego de varios ataques cercanos que causaron un fallecido y varios heridos.
Abdallah Nasser, quien vive cerca de Shifa, dijo por teléfono que el ejército israelí estaba adentrándose en la ciudad desde el sur y el norte.
“Están enfrentando una fuerte resistencia, pero están avanzando”, aseguró.
Mohammed al-Masri, que está entre las miles de personas que se refugian en el hospital, dijo que desde una planta alta podía ver cómo los soldados israelíes se acercaban desde el oeste. “Están aquí (...) Son visibles”, afirmó.
Miles se han marchado de Shifa y de otros hospitales atacados, pero según los médicos es imposible desalojar a todo el mundo.
“No podemos evacuar y (dejar) a esta gente dentro", dijo Mohammed Obeid, cirujano de Médicos Sin Fronteras en Shifa, según fue citado por la ONG.
“Como médico, juré ayudar a la gente que lo necesita", agregó.
MSF indicó que otros médicos reportaron que parte del personal huyó para ponerse a salvo con sus familias y pidió protección para todos los hospitales.
Más de 11.070 palestinos, de los cuales dos tercios son mujeres y niños, han fallecido desde el inicio de la guerra, según el Ministerio de Salud de Gaza, que está dirigido por Hamás y no diferencia entre civiles y milicianos. Alrededor de 2.700 personas más han sido reportadas como desaparecidas y se cree que podrían estar atrapadas o muertas bajo los escombros.
El Ministerio del Interior gazatí, también controlado por el grupo insurgente, dijo que seis personas murieron el sábado en un ataque sobre el campo de refugiados de Nuseirat que alcanzó una vivienda. El campamento está en la zona de evacuación del sur.
En Israel se registraron al menos 1.200 decesos, en su mayoría en el ataque inicial de Hamás, y 41 soldados han muerto en Gaza desde el inicio de la ofensiva terrestre, según funcionarios israelíes. El Ministerio de Exteriores había estimado la cifra de muertos civiles en 1.400 y el viernes revisó la cifra sin explicar los motivos.
Un funcionario israelí dijo a The Associated Press que se modificó luego de un minucioso proceso de semanas para identificar los cuerpos, muchos de ellos mutilados o quemados durante el ataque de Hamás. La cifra aún podría cambiar, añadió el funcionario, que habló a condición de anonimato porque no había un anuncio formal.
Casi 240 personas secuestradas por Hamás en Israel siguen cautivas.
Unos 250.000 israelíes se han visto obligados a desalojar comunidades cercanas a Gaza y a lo largo de la frontera norte con Líbano, donde las fuerzas israelíes y los milicianos del grupo libanés Hezbollah han intercambiado disparos en repetidas ocasiones.
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Magdy informó desde El Cairo, Egipto, y Rising desde Bangkok, Tailandia.