BUENOS AIRES (AP) — Dalma Maradona describió como “un asco” y con “olor a pis” la habitación en la que murió su padre, la leyenda del fútbol Diego Maradona, mientras transitaba una internación domiciliaria en 2020 y afirmó que ella y sus hermanos fueron engañados por los médicos que lo atendían al declarar el martes en el juicio contra siete profesionales de la salud por homicidio del astro.
“Nos prometieron una internación domiciliaria que nunca sucedió”, dijo Dalma, la mayor de los cinco hijos que tuvo el ex capitán de la selección argentina con distintas mujeres y la primera de ellos en declarar como testigo en el juicio.
“Nos hicieron confiar en una cosa que nunca sucedió. Nos engañaron de la manera más cruel para apoyemos eso”, remarcó.
Maradona murió a los 60 años de un paro cardíaco el 25 de noviembre de 2020 mientras cursaba una internación domiciliaria en una casa rentada en las afueras de Buenos Aires, a la que había sido trasladado tras someterse a intervención quirúrgica para extraerle un hematoma craneal dos semanas antes.
Visiblemente emocionada, Dalma contó el lugar “era un asco, había olor a pis, la cama era un asco. Había un inodoro portátil. Estaba ese panel en las ventanas para que no entrara la luz. No tenía nada. Era horrible. La cocina era un asco”.
“De ninguna manera”, respondió la mujer cuando uno de los abogados le preguntó si recomendaría esa casa para una internación domiciliaria.
Siete profesionales de la salud, entre ellos un neurocirujano y una psiquiatra, son juzgados por el delito de homicidio simple por dolo eventual, que es cuando el victimario sabe que su conducta puede ocasionar un daño, pese a lo cual continúa con la acción.
Se trata de un delito que tiene una pena máxima de 25 años de prisión.
Dalma relató que tras la operación del hematoma en la clínica privada Olivos, el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz, tres de los acusados y a quienes identificó como “los médicos de mi papá” les plantearon a sus hijos que la mejor opción era continuar la recuperación en una internación domiciliaria dado que Maradona no quería seguir hospitalizado.
“Había tres opciones (internación voluntaria, internación forzada e internación domiciliaria), pero nos hicieron entender que era la única posibilidad (la domiciliaria)”, dijo Dalma. “Nos prometieron enfermeras 24 horas para controlar la presión y darle los medicamentos. Acompañantes terapéuticos y ambulancia afuera”.
Las deficiencias en la internación domiciliaria de Maradona advertidas durante la investigación de su muerte es una de las principales pruebas de la fiscalía contra los acusados.
“Confíe en la palabra de su médico. Pensé que el médico de mi papa me recomendaba la mejor opción para él”, dijo la hija mayor.
Dalma contó que vio con vida a su padre por última vez en la clínica Olivos y luego muerto en la casa de Tigre porque en los días previos no les habían permitido el acceso por decisión del entorno que cuidaba al exjugador.
“Entro a la habitación, estaba muy hinchado. Estaba tapado con una sábana, pero se podía ver que estaba hinchado”, refirió sobre el fatídico 25 de noviembre. “Me tiro encima, porque pensaba que se iba a despertar. Tenía la cara muy hinchada, las manos, la cara. La panza, el cuerpo. Todo”.
La autopsia concluyó que Maradona murió a causa de un edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca congestiva reagudizada y que sufrió una agonía de 12 horas. Peritos declararon que la hinchazón corporal del exfutbolista, síntoma de esa patología, debió haber sido advertida por los médicos que lo cuidaban para evitar su muerte.
En otro pasaje de su extensa declaración, Dalma contó que en los últimos años de vida la comunicación con su padre "era muy difícil" y apuntó como responsable al abogado Matías Morla, quien administraba los negocios del Diez y que actualmente tiene a su cargo los derechos de imagen.
En ese sentido, Dalma reveló un encuentro con Morla unos años antes de la muerte de su padre y que el abogado le propuso a ella y a una de sus hermanas, Gianinna, llevarse un porcentaje de esos negocios si lo ayudaban a lidiar con el astro.
“A partir ahí era muy difícil la comunicación, el acceso (a Maradona)”, aseveró la mujer.
“Lo extraño todos los días de mi vida y lo que más me da pena es saber que si ellos (los médicos) hubieran hecho su trabajo esto se podría haber evitado”, cerró Dalma. “Sigue siendo muy doloroso recordar el maltrato que recibió y yo no sabía. Si hubiera sabido que este iba a ser el desenlace lo hubiera manejado de otra manera. Pero nunca lo pensé”.