LA HABANA (AP) — Cuba está dispuesta a entablar un diálogo con el gobierno de Donald Trump, pero siempre en un marco de respeto y sin imposiciones, dijo el mandatario Miguel Díaz-Canel el miércoles, en la primera reacción del gobierno de la isla al triunfo electoral del republicano.
Durante su primer mandato, Trump impulsó un endurecimiento radical a las sanciones en contra de la isla, entre las que se incluyeron más de 240 medidas para presionar por un cambio en el modelo político de Cuba.
“Siempre hemos planteado que no tenemos nada en contra del pueblo norteamericano y que estamos dispuestos a dialogar en igualdad de condiciones con el gobierno de Estados Unidos, sin imposiciones, con respeto y nada que afecte nuestra soberanía e independencia”, dijo Díaz-Canel durante un recorrido por la provincia de Cienfuegos, en el centro del país.
En declaraciones televisadas frente a un grupo de vecinos, Díaz-Canel indicó que no quedó sorprendido con los resultados de las elecciones en Estados Unidos. "Era un escenario previsto, probable, y nos veníamos preparando para ese escenario”, mencionó.
“La relación con el gobierno de los Estados Unidos, ustedes saben, es un a relación totalmente asimétrica, porque nos han impuesto un bloqueo por más de 60 años, pero que en 2019 se recrudeció y se mantuvo con la actual administración”, señaló el mandatario, quien considera que la continua situación demuestra que se trata de una política bipartidista, sin importar el partido en la Casa Blanca.
En 2014, el demócrata Barack Obama impulsó un acercamiento histórico con Cuba que flexibilizó el embargo que se puso durante la década de 1960, e incluso se restablecieron las relaciones diplomáticas, medidas que Trump revirtió cinco años más tarde.
Entre las medidas que implementó Trump se incluyeron la prohibición a los cruceros y restricciones tanto a los viajes de sus ciudadanos a la isla, como al envío de remesas hacia la nación caribeña. También se establecieron sanciones a empresas extranjeras que tuvieran relación comercial con Cuba, y se incluyó al país en una lista de naciones patrocinadoras del terrorismo, lo que prácticamente le cerró el acceso a los mercados internacionales.
Cuba se encuentra sumido en una profunda crisis económica provocada por la ralentización de la producción durante la pandemia, una reforma financiera aplicada por el propio gobierno y el impacto de las sanciones de Washington.
El gobierno de Cuba presentó a Naciones Unidas un informe en septiembre pasado en el que se estima que las sanciones causaron afectaciones por más de 5.000 millones de dólares entre el 1 de marzo del 2023 y febrero del 2024, una enorme cifra para una nación de menos de 10 millones de habitantes.