ALMONACID DEL MARQUESADO, España (AP) — Cada año a principios de febrero, los residentes del pequeño pueblo español de Almonacid del Marquesado celebran el día festivo de la Virgen de la Candelaria, con “diablos” y bailarines que salen a las calles en una vibrante muestra de fe y tradición.
El pueblo ha celebrado el festival de la “Endiablada” cada 2 y 3 de febrero desde al menos la época medieval.
Durante el festival, los hombres del pueblo se visten como personajes tipo diablo en monos coloridos y sombreros mitra rojos.
Llevando grandes y pesadas campanas de cobre alrededor de sus cinturas, que repican incesantemente, los hombres caminan, bailan y saltan por las sinuosas calles del pueblo y visitan el cementerio.
Solo los hombres nacidos en el pueblo o descendientes de los aldeanos pueden ser “diablos” y participar en La Endiablada.
Las campanas pesan unos 13, 14 kilos (28-31 libras), pero los participantes no lo sienten porque están felices de festejar, declaró Carmelo Sánchez, uno de los participantes”.
Los niños pequeños participan con pequeñas campanas de vaca colgadas de sus espaldas, asegurando que la tradición continúe en la próxima generación.
“Era muy, muy peculiar con tantas campanas de vaca”, dijo Hiroko Notomi, una turista que estaba entre los espectadores viendo La Endiablada. “Es un festival muy interesante y además no es como un festival de una gran ciudad, eso me gustó mucho”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.