PARÍS. El primer ministro de Francia, Sébastien Lecornu, sobrevivió el jueves a una moción de censura que podría haber acabado con su frágil nuevo gobierno y sumido al país en un caos político aún mayor.
La votación en la Asamblea Nacional despeja el camino para que el asediado Lecornu enfrente lo que podría ser un desafío aún mayor: lograr que el presupuesto para 2026 de la segunda mayor economía de la Unión Europea pase por la poderosa pero profundamente dividida cámara baja del Parlamento antes de fin de año.
Lo que también logró la supervivencia de Lecornu
La supervivencia de Lecornu también evita la necesidad inmediata de que el presidente, Emmanuel Macron, disuelva de nuevo la Asamblea Nacional y convoque elecciones legislativas anticipadas, una opción arriesgada que el líder francés había indicado que podría tomar si Lecornu caía.
El estrecho aliado de Macron enfrentó dos mociones de censura presentadas por los más feroces opositores del mandatario francés: el partido de extrema izquierda Francia Insumisa y Marine Le Pen, de la formación de ultraderecha Agrupación Nacional, y sus aliados en el Parlamento.
La cámara, que cuenta con 577 escaños, votó primero la propuesta de Francia Insumisa, que no alcanzó el objetivo al quedarse en 271 apoyos. La iniciativa necesitaba una mayoría de 289 votos para prosperar.
Los legisladores seguían votando la segunda propuesta, la de Le Pen, pero se considera aún menos probable que tenga éxito, ya que no se espera que sus opositores en la izquierda respalden a la líder ultraderechista.
Pero Lecornu aún no ha superado el peligro.
Para obtener los votos que necesitaba, Lecornu planteó la posibilidad de revertir una de las reformas más emblemáticas pero impopulares de la presidencia de Macron, que elevará gradualmente la edad de jubilación de los 62 a los 64 años.
La propuesta de suspender la reforma de las pensiones de 2023 ayudó a convencer a algunos de los legisladores de la oposición a decidir, a regañadientes, no apoyar los esfuerzos para destituirlo, al menos por ahora.
Pero podrían cambiar de táctica y apoyar futuras mociones de censura si no obtienen lo que quieren en las negociaciones presupuestarias que seguramente serán conflictivas.
Lecornu ha prometido no recurrir a un poder constitucional especial para imponer el presupuesto en el Parlamento sin la aprobación de los legisladores, que fue la herramienta empleada por Macron para sacar adelante su reforma de las pensiones a pesar de la avalancha de protestas.
Construir el consenso parlamentario para aumentar los impuestos, recortar el gasto y aplicar otras medidas presupuestarias para comenzar a controlar el creciente déficit y la deuda del estado promete ser extremadamente difícil.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.