MOSCÚ (AP) — El director de la agencia de supervisión nuclear de Naciones Unidas ha llegado a Rusia para conversaciones sobre seguridad nuclear en Ucrania, donde la central nuclear más grande de Europa está en peligro en medio de los combates, según indicó el martes por la noche la agencia estatal rusa de noticias RIA Novosti.
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, llegó el martes por la noche al balneario de Sochi, en el Mar Negro, según el reporte. Grossi anunció el viaje el lunes, en el primer día de la reunión periódica de la junta de gobernadores del organismo en Viena, formada por delegados de 35 países.
El Kremlin dijo el miércoles que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se reuniría con Grossi durante su visita.
Grossi visitó Ucrania en febrero y cruzó las líneas del frente para visitar la central nuclear de Zaporiyia, controlada por Rusia, dentro de los esfuerzos del OIEA de impedir un desastre nuclear en la guerra. También se reunió con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy.
El jefe del OIEA se reunió por última vez con Putin en octubre de 2022.
El mandatario dijo a los periodistas en Viena que consideraba importante mantener un diálogo con los dos bandos y añadió que la situación en la planta “sigue siendo muy frágil”.
Grossi dijo que tenía previsto comentar “cuestiones técnicas” en Moscú relacionadas con “la situación operativa futura de la planta”. También dijo que si la central de seis módulos, que ahora está paralizada, se reinicia, tendría que abordar “qué clase de evaluación de seguridad” se haría en el lugar. También dijo que debía tratar la cuestión de las líneas de suministro eléctrico externo, dado que el OIEA considera la situación actual “frágil y tenue”.
El OIEA ha reiterado su preocupación por la instalación de Zaporiyia, entre temores a una posible catástrofe nuclear. La planta ha quedado en medio del fuego cruzado en varias ocasiones desde que Rusia envió tropas a Ucrania el 24 de febrero de 2022 y tomó el recinto poco después.
Los seis reactores de la planta llevan meses apagados, pero la central aún necesita energía y personal cualificado para mantener los cruciales sistemas de refrigeración y otras medidas de seguridad.
La central se ha quedado sin electricidad en ocho ocasiones desde que fue tomada por Rusia, lo que la obligó a depender temporalmente de generadores de diésel, y tiene problemas de personal.