GINEBRA (AP) — El pueblo de Myanmar ya está sintiendo el “impacto aplastante” de la “repentina y caótica retirada” de la ayuda humanitaria de Estados Unidos y otros países, dijo un experto independiente en derechos humanos el lunes, haciendo un llamado a la comunidad mundial para que haga más.
Tom Andrews, un monitor de derechos en Myanmar comisionado por el Consejo de Derechos Humanos respaldado por la ONU, afirmó que apelará a los 47 países miembros del consejo para que emitan una “declaración de conciencia contra este desastre en desarrollo” —una crisis humanitaria— “y les instaré a que sigan esas palabras con acciones”.
“Acciones que incluyan financiar programas vitales y que sostengan la vida, que están siendo recortados, destruidos y puestos en peligro”, dijo a los periodistas el lunes, antes de dirigirse al consejo el miércoles. “Si el Consejo de Derechos Humanos no (toma acción), entonces, ¿quién lo hará?”.
Andrews, un excongresista demócrata del estado de Maine, reconoció que las consecuencias específicas no estaban claras hasta ahora. La embajada estadounidense en Myanmar dijo en su sitio web, en un comunicado fechado el 25 de octubre, que Estados Unidos había proporcionado 141 millones de dólares en ayuda humanitaria desde el 1 de octubre de 2023.
Andrews afirmó que el recorte en la ayuda era “innecesario y cruel” y mal cronometrado: un fuerte movimiento de resistencia nacional y un debilitamiento de los gobernantes militares de Myanmar han elevado las esperanzas de su pueblo.
El Ejército dio un golpe de Estado al gobierno electo de Aung San Suu Kyi el 1 de febrero de 2021, lo que desencadenó una amplia oposición popular. Después de que las manifestaciones pacíficas fueron reprimidas con fuerza letal, muchos opositores al régimen militar tomaron las armas, y grandes partes del país están ahora envueltas en conflicto.
Se reportó que un ataque aéreo el viernes mató e hirió a decenas en una aldea controlada por fuerzas de resistencia.
Pacientes con tuberculosis y VIH llevan semanas sin medicamento; niños con discapacidades han sido excluidos de los centros de rehabilitación; los grupos de derechos han enfrentado recortes en su capacidad para distribuir alimentos y agua a las personas, dijo Andrews.
“La repentina y caótica retirada de apoyo —apoyo principalmente del gobierno de Estados Unidos— ya está teniendo un impacto aplastante en el pueblo de Myanmar”, afirmó.
La administración Trump y muchos de sus partidarios han argumentado que Estados Unidos, el mayor proveedor de ayuda humanitaria del mundo, ha asumido demasiado de la carga durante demasiado tiempo.
Andrews aludió a los esfuerzos de un Elon Musk con motosierra al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) para reducir el desperdicio y el gasto en el gobierno, incluida la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que ha distribuido miles de millones de dólares en ayuda exterior a lo largo de los años.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.