PESHAWAR, Pakistán (AP) — Tribus en guerra en el noroeste de Pakistán recibieron la orden de entregar sus armas tras semanas de violencia mortal, informaron las autoridades el viernes.
Los enfrentamientos en el distrito de Kurram de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa han dejado al menos 130 muertos en las últimas semanas, provocando el cierre de carreteras y otras medidas que han interrumpido el acceso de las personas a medicinas, alimentos, combustible, educación y trabajo.
La violencia estalló el 21 de noviembre cuando hombres armados emboscaron un convoy de vehículos y mataron a 52 personas, en su mayoría musulmanes chiíes. Nadie se responsabilizó por el asalto, que desencadenó disparos y actos de incendio provocado por grupos rivales en varias áreas.
El viernes, las autoridades de Khyber Pakhtunkhwa ordenaron a las tribus entregar sus armas y firmar un acuerdo a través de la mediación gubernamental para garantizar el cumplimiento.
“Se proporcionará un marco de 15 días para la recolección voluntaria de armas. Todas las armas deben ser entregadas a la administración para febrero”, dijo el portavoz del gobierno provincial, Mohammed Ali Saif.
Las autoridades también ordenaron el desmantelamiento de búnkeres y la reapertura temporal de carreteras por motivos humanitarios de manera intermitente. El personal de seguridad custodiará los convoyes para garantizar un paso seguro y habrá helicópteros para abordar problemas de transporte.
“Ambas partes se abstendrán de cualquier acción violenta para mantener abiertas las rutas terrestres. De lo contrario, la administración se verá obligada a cerrar las rutas nuevamente”, añadió el portavoz.
Sin embargo, un grupo de eruditos chiíes dijo que la confiscación de armas podría poner en riesgo a la comunidad, y expresaron su decepción con la orden.
“Este enfoque resultará en más daños”, dijeron en una conferencia de prensa en la ciudad de Parachinar. “Sin armas, los residentes estarán a merced de los terroristas que podrían capturarlos y matarlos fácilmente”.
Los musulmanes chiíes dominan partes de Kurram, aunque son minoría en el resto del país. La zona tiene un historial de conflicto sectario, con grupos milicianos que anteriormente han atacado al grupo minoritario.
Sin embargo, generalmente viven en paz junto a los musulmanes suníes, que son mayoría en Pakistán.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.