QUITO (AP) — El gobierno ecuatoriano informó el lunes que fue detenido el autor intelectual del asesinato de cuatro menores que residían en un populoso barrio de Guayaquil y que fueron detenidos por una patrulla militar, un caso que conmocionó al país y por el que hay 16 uniformados bajo arresto.
El Ministerio de Defensa identificó en su cuenta de X, antes Twitter, al autor intelectual como Bryan Vicente A.A., “quien habría ordenado la muerte de los cuatro niños... desde la cárcel”. Agregó que el presunto responsable había salido de prisión en diciembre tras un fallo judicial a su favor. Pero no mencionó a los militares detenidos y que están siendo investigados por la Fiscalía.
El crimen ocurrió la noche del domingo 8 de diciembre cuando los jóvenes de 11 años, dos de 14 y uno de 15 no regresaron a sus casas tras jugar un partido de fútbol en un barrio de Guayaquil, 265 kilómetros al suroeste de la capital.
De acuerdo con un informe militar y videos mostrados por la defensa de los uniformados detenidos, los militares arrestaron a los jóvenes por un “posible delito flagrante” pero luego los soltaron cerca de una base militar. La Fiscalía negó que los menores hubieran cometido algún delito.
Posteriormente se determinó que los niños fueron abandonados, desnudos y golpeados, cerca de la base militar de Taura donde, de acuerdo con las autoridades, fueron ejecutados por una banda criminal que actúa en la zona.
Los menores permanecieron desaparecidos hasta que el 1 de enero la fiscalía confirmó que restos humanos hallados días antes correspondían a los niños.
Desde entonces las familias de los menores han realizado plantones y marchas reclamando justicia. En torno al caso están detenidos 16 integrantes de la Fuerza Aérea que conformaban la patrulla que detuvo a los jóvenes.
El hecho se produjo casi un año después de que el presidente Daniel Noboa decretara en enero de 2024 la vigencia de un conflicto armado interno, lo que permitió a militares realizar patrullajes en las calles y lugares públicos a fin de enfrentar una espiral de violencia desatada por bandas criminales ligadas con el narcotráfico y poderosos cárteles de drogas de Colombia y México.
El mandatario ecuatoriano también ha decretado sucesivos estados de excepción que además han permitido que un bloque de seguridad, conformado por policías y militares, realicen operativos conjuntos en distintas ciudades. Organismos civiles sostienen que esto ha facilitado la vulneración de los derechos humanos en Ecuador.