QUETTA, Pakistán (AP) — Un grupo separatista paquistaní se atribuyó el jueves la responsabilidad por el asesinato de siete pasajeros de un autobús en un ataque a principios de semana y afirmó que las víctimas estaban vinculadas con el ejército y los servicios de inteligencia.
El incidente se produjo el martes por la noche, cuando insurgentes de etnia baluchi armados interceptaron varios autobuses de pasajeros en una carretera en el suroeste de Pakistán.
El ilegalizado Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA, por sus siglas en inglés) señaló en un comunicado que sus combatientes atacaron los vehículos y mataron a los hombres en Rakhni, una localidad de la provincia de Baluchistán.
Pero las autoridades locales desestimaron la afirmación y apuntaron que los muertos eran civiles que no tenían relación con las fuerzas de seguridad.
Aunque el BLA opera principalmente en Baluchistán, también ha atacado a ciudadanos chinos que trabajan en proyectos multimillonarios en el Corredor Económico China-Pakistán.
El año pasado, el BLA se cobró la vida de decenas de personas en tres ataques separados contra vehículos en Baluchistán, que es escenario de una insurgencia de larga data. El grupo quiere la independencia del gobierno central en Islamabad.
Aunque Pakistán afirma haber sofocado la insurgencia, la violencia en Baluchistán persiste.
Pakistán también está llevando a cabo operaciones en los antiguos bastiones del Talibán paquistaní en la conflictiva región noroccidental.
Se espera que las autoridades realicen pronto una operación importante en Kurram, un distrito de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, donde los insurgentes han atacado repetidamente camiones de ayuda y han matado a efectivos de las fuerzas de seguridad y a conductores.
Al menos 130 personas han muerto en los últimos meses en enfrentamientos entre tribus chiíes y suníes rivales en Kurram. Una carretera clave que conduce a Kurram está cerrada desde octubre, lo que ha provocado escasez de alimentos y medicinas.
Los musulmanes chiíes controlan parte de Kurram, pero son minoría en el resto de Pakistán, que es mayoritariamente suní.
Kurram tiene un historial de conflicto sectario. Las autoridades esperan que la operación prevista allí permita la reapertura de carreteras y la normalización de la vida en la región, donde se están empleando helicópteros para llevar medicinas y los camiones de ayuda cargados con alimentos y verduras están protegidos con estrictas medidas de seguridad.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.