Pandillas cada vez más poderosas han atacado prisiones y el aeropuerto de la capital de Haití en los últimos días, obligando a negocios y escuelas a cerrar mientras cientos de personas huían.
Los grupos delictivos fuertemente armados se han vuelto más poderosos que el débil gobierno haitiano y ahora controlan cerca del 80% de Puerto Príncipe, según Naciones Unidas.
Los ataques más recientes comenzaron el jueves mientras el primer ministro Ariel Henry volaba a Kenia para impulsar el despliegue que promueve la ONU de una fuerza policial que ayude a combatir a las pandillas.
Intensos tiroteos resuenan a diario en la capital, abrumando a las fuerzas del gobierno. Frantz Elbé, director de la Policía Nacional, declaró la semana pasada a Radio Caraïbes que los recientes ataques han dejado a muchos de sus agentes incapaces de responder.
“El centro de la ciudad estaba en guerra”, explicó.
Funcionarios gubernamentales implementaron un toque de queda nocturno por tres días a partir del lunes en un intento por ayudar a contener la violencia, aunque la mayoría de los residentes ya pasa la noche en casa para protegerse.
Esto es lo que se sabe de la crisis más reciente:
Algunos de los dirigentes de las pandillas más poderosas de Haití aseguran que su objetivo es derrocar a Henry.
El país no ha llevado a cabo elecciones generales ni parlamentarias en los últimos años, y no hay funcionarios electos. Henry fue juramentado como primer ministro con el respaldo de la comunidad internacional después de que el presidente Jovenel Moïse fue asesinado en julio de 2021. La más reciente oleada de ataques comenzó a finales de febrero, luego de que Henry prometió llevar a cabo los esperados comicios generales para mediados de 2025.
El sábado, hombres armados irrumpieron en el principal centro penitenciario de Puerto Príncipe y en otra prisión cercana, liberando a más de 4.700 reclusos en una incursión que dejó varios muertos.
El lunes se desconocía el paradero de Henry. Cuando se le preguntó en Kenia si la situación era segura para que pudiera volver a Haití, el primer ministro se encogió de hombros.
Mientras sus hombres comenzaban a atacar infraestructura, Jimmy Chérizier —un exagente de la policía de élite conocido como “Barbecue” y considerado uno de los líderes pandilleros más poderosos del país— anunció que intentaría capturar al jefe de la policía nacional y a ministros del gobierno.
Cuatro policías murieron durante ataques contra sus cuarteles.
A mediados del año pasado, Chérizier dijo que lucharía contra cualquier fuerza armada internacional en caso de que cometiera abusos, e hizo un llamado a la población para movilizarse en contra del gobierno.
Otros líderes de pandillas también parecen estar involucrados en los ataques recientes.
Johnson André, mejor conocido como “Izo” y líder de la pandilla 5 Seconds, aparece en un video publicado en TikTok blandiendo un mazo con la mano derecha mientras simula golpearse el rostro con la izquierda.
La pandilla de Izo es considerada aliada de G-Pep, acérrimo rival de la federación de pandillas de Barbecue, pero las alianzas han estado cambiando en los últimos días.
En un informe dado a conocer el mes pasado, la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional reveló que “para las pandillas, el desarrollo de alianzas es un fenómeno fluido”.
Hizo notar también cómo “sólo las pandillas más poderosas —tales como las de Izo o Chérizier— suelen ser capaces de operar o beneficiarse fuera de sus feudos”.
Barbecue encabeza a una federación de pandillas conocida como G9 Fanmi e Alye ("La G9 Familia y Aliados"), y en ocasiones anteriores ha lanzado intensos ataques que han paralizado al país. A finales de 2022 tomó el control de la zona aledaña a una terminal clave de combustible en Puerto Príncipe durante casi dos meses.
Se calcula que existen unas 200 pandillas en Haití, y se cree que en la zona metropolitana de Puerto Príncipe operan las 23 principales.
Hasta hace algunos años controlaban aproximadamente el 60% de la capital, una cifra que desde entonces ha aumentado hasta el 80%, según funcionarios de la ONU.
Las armas de contrabando y el pago de rescates a secuestradores les han permitido a las pandillas volverse más independientes en términos financieros. Eso ha incrementado su poder a medida que el Estado se ha debilitado, y un departamento de policía insuficientemente financiado y escaso de recursos ha sido incapaz de contenerlas.
“Las pandillas de hoy en día gozan de mucho mayor grado de capacidad militar que las de hace una década”, según el informe de la Iniciativa Global. “Esto se ha visto impulsado en buena medida por la capacidad de las pandillas para adquirir armas de grueso calibre”.
Un informe de la ONU dado a conocer en 2023 señaló que entre las armas confiscadas que se dirigían a puertos de Haití había “fusiles de francotirador calibre .50, fusiles .308 e incluso ametralladoras de alimentación por cinta”.
El ministro de Finanzas Patrick Boivert, quien se desempeña como primer ministro interino, declaró un estado de emergencia la noche del domingo y señaló que las autoridades imponían un toque de queda nocturno para “tomar las medidas apropiadas a fin de recuperar el control de la situación”.
El toque de queda de tres días inició el lunes y está en vigor de 6 de la tarde a 5 de la mañana.
“A la policía se le ordenó utilizar todos los medios legales a su disposición para la aplicación del toque de queda y aprehender a todos los delincuentes”, dijo Boivert en un comunicado.
