Días después de sufrir un revés en los tribunales sobre el acceso de The Associated Press a la presidencia, la Casa Blanca presentó el martes una nueva política de medios que reduce drásticamente el acceso al presidente Donald Trump por parte de las agencias de noticias que surten de información a medios de todo el mundo. Se trata del más reciente intento del gobierno por controlar la cobertura de sus actividades.
La medida se produce después de que un juez determinó que la Casa Blanca había violado la libertad de expresión de la agencia al excluirla de eventos por no estar de acuerdo con la decisión de la AP de no utilizar el cambio de nombre del Golfo de México.
Al detallar la nueva política de “cobertura grupal” para espacios reducidos como el Despacho Oval y el avión presidencial, la Casa Blanca también destacó que, en última instancia, le otorgará a la secretaria de prensa Karoline Leavitt la última palabra sobre quién puede formular preguntas al mandatario, de acuerdo con personas que han tenido acceso al plan.
La Casa Blanca no respondió a solicitudes de comentarios el martes por la noche.
Un juez federal determinó la semana pasada que la Casa Blanca castigó indebidamente a la AP por negarse a emplear el cambio de nombre del Golfo de México al impedir que sus reporteros y fotógrafos tengan acceso a eventos. El juez de distrito Trevor N. McFadden ordenó al gobierno que le brindara a la AP el mismo trato que a otras organizaciones de noticias.
Un día después de apelar el fallo de McFadden y mantener el bloqueo sobre la AP durante la reunión de Trump con el presidente de El Salvador Nayib Bukele en el Despacho Oval, la Casa Blanca filtró una nueva política a periodistas seleccionados.
Durante muchos años, la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca ha sido la encargada de gestionar la cobertura de grupo para los eventos en espacios reducidos, incluyendo en cada ocasión a reporteros de las agencias de noticias AP, Reuters y Bloomberg. También se permitía acceso a un reportero de prensa escrita, seleccionado de manera rotativa entre más de 30 medios de comunicación.
Ahora, la Casa Blanca dice que agrupará a los tres servicios de noticias junto a los reporteros de prensa escrita, lo que significa que más de una treintena de reporteros buscarán dos espacios regulares.
Incluso con la rotación, la Casa Blanca dijo que la secretaria de prensa de Trump “retendrá la discreción diaria para determinar la composición del grupo”. La nueva política dice que se permitirá acceso a los reporteros “independientemente del punto de vista expresado por un medio”.
La portavoz de la AP Lauren Easton dijo en un comunicado que la agencia estaba sumamente decepcionada con el hecho de que en lugar de restablecer el acceso de The Associated Press, la Casa Blanca haya optado por restringir a todas las agencias de noticias.
“Las agencias de noticias representan a miles de organizaciones de noticias en Estados Unidos y en todo el mundo,” dijo Easton. "Nuestra cobertura es utilizada por periódicos locales y estaciones de televisión en los 50 estados para informar a sus comunidades.
“Las acciones del gobierno siguen menospreciando la libertad fundamental estadounidense de hablar sin quedar sujeta al control o represalias del gobierno,” añadió la vocera.
La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, un organismo independiente, dijo que la insistencia del gobierno por retener el control sobre quién puede cubrir al presidente muestra que no está dispuesto a garantizar que no continuará con la “discriminación por puntos de vista.”
“El gobierno no debería poder controlar a los medios independientes que lo cubren,” dijo Eugene Daniels, presidente de la asociación.
Con Leavitt como secretaria de prensa, la Casa Blanca le ha dado mayor acceso a medios de comunicación afines a Trump. Eso quedó de manifiesto el martes, cuando el primer reportero al que Leavitt se dirigió durante su conferencia realizó dos preguntas en las que también elogió la política de Trump.
En la reunión del lunes en el Despacho Oval, Trump respondió molesto a las preguntas de la reportera de CNN Kaitlan Collins referentes a un hombre que fue deportado por error a una prisión en El Salvador, y en un momento acusó a su medio de “odiar a nuestro país”.
A pesar de las disputas ocasionales, Trump se ha mostrado más accesible a la prensa que su predecesor, el expresidente Joe Biden. Los eventos en espacios reducidos, particularmente en el Despacho Oval, son algunos de sus lugares favoritos para hablar, lo que hace que la nueva política de acceso tenga un impacto aún más significativo.
La nueva política no abordó el acceso para fotógrafos. En una audiencia judicial sobre el caso de la AP, el fotógrafo en jefe de la AP para la Casa Blanca, Evan Vucci, y el corresponsal Zeke Miller testificaron sobre cómo la prohibición ha perjudicado el negocio de una agencia de noticias construida para obtener noticias e imágenes para sus clientes lo más pronto posible.
La disputa se deriva de la decisión de la AP de no seguir la orden ejecutiva del presidente de cambiar el nombre del Golfo de México, aunque el manual de estilo de la AP sí hace referencia al deseo de Trump por nombrarlo Golfo de Estados Unidos.
McFadden coincidió con el argumento de la AP de que el gobierno no puede castigar a la agencia por ejercer su derecho a la libertad de expresión.
La Casa Blanca ha argumentado que el acceso de prensa al presidente es un privilegio, no un derecho, que debería controlar —al igual que decide a quién le concede Trump entrevistas individuales. En documentos judiciales presentados el fin de semana pasado, sus abogados señalaron que incluso con la decisión de McFadden, los días de acceso sin restricciones de la AP a eventos presidenciales abiertos habían terminado.
“Ninguna otra organización de noticias en Estados Unidos recibe el nivel de acceso garantizado que se le otorgaba previamente a la AP,” argumentó el gobierno. “La AP puede haberse acostumbrado a su estatus privilegiado, pero la Constitución no requiere que dicho estatus perdure en perpetuidad.”
El gobierno ha apelado el fallo de McFadden y tiene programado presentarse el jueves ante un tribunal de apelaciones para argumentar que el fallo debería quedar suspendido hasta que se decidan por completo los méritos del caso, tal vez por la Corte Suprema de Estados Unidos.
El gobierno no ha restringido el acceso de la AP a las conferencias de prensa de Leavitt en los últimos dos meses. Ha bloqueado el acceso a eventos en la Sala Este para reporteros de la AP acreditados por la Casa Blanca, hasta el martes, cuando se permitió el ingreso de uno a un evento del equipo de fútbol americano de la Marina.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.