Al menos tres legisladores resultaron heridos el martes después de que estallara el caos en el parlamento de Serbia, donde se lanzaron bombas de humo y bengalas.
Estaba previsto que los diputados votasen una ley que aumentaría el financiamiento para la educación universitaria, pero los partidos de la oposición insistieron en que la sesión era ilegal y que primero debía confirmarse la renuncia del primer ministro, Milos Vucevic, y de su gobierno.
El incidente refleja la profunda crisis política que atraviesa el país balcánico, donde el gobierno populista se ha visto sacudido por las protestas anticorrupción que duran ya varios meses.
Vucevic renunció al cargo en enero, cuando las autoridades enfrentaban crecientes protestas luego de que la caída de una cornisa de concreto mató a 15 personas en una estación de tren del norte del país, que los críticos atribuyeron a la corrupción desenfrenada. El parlamento debe confirmar la renuncia del primer ministro para que tenga validez.