MELBOURNE, Australia (AP) — Wayne Holdsworth se convirtió en defensor de prohibir que los australianos menores de 16 años tengan acceso a las redes sociales debido a que su hijo se quitó la vida tras ser víctima de una extorsión sexual en línea.
Mac Holdsworth murió el año pasado a los 17 años en la casa de su familia en Melbourne, luego de que un hombre de Sydney de 47 años —quien pretendía ser una mujer de 18 años— le exigiera dinero para no difundir una imagen íntima que el chico le había compartido.
Desde entonces, el afligido padre ha contado su historia trágica en aproximadamente 20 escuelas para advertirles a los estudiantes sobre los riesgos de las redes sociales.
“Vi de primera mano el daño que las redes sociales pueden hacer. Vi a Mac, mi hijo, ser extorsionado sexualmente en las redes sociales”, dijo Holdsworth. “Su salud mental se deterioró muy rápidamente”.
Depredadores en línea comenzaron a acercarse al adolescente antes de que cumpliera 16 años, y su padre cree que una prohibición en este sentido podría haberle salvado la vida.
La Cámara de Representantes de Australia votó el miércoles a favor de una prohibición así y se prevé que el Senado la convierta en ley pronto.
Holdsworth dijo que la mayoría de los 3.000 estudiantes con los que ha hablado, de entre 12 y 17 años, están de acuerdo con la prohibición para los menores de 16 años.
“Se me acercan y me dicen: ‘Estoy muy contento de que esto se vaya a implementar’”, narró Holdsworth. “Incluso los niños ven que ahora van a ser protegidos de esos depredadores que los acosan desde afuera”.
Reportó que tres chicas se acercaron a él el lunes después de que narrara su experiencia en una escuela para decirle que estaban siendo sometidas a extorsión sexual. Una ya había entregado más de 2.500 dólares australianos (1.600 dólares) del dinero de sus padres a un chantajista.
Holdsworth dijo que él fue el primer adulto a quien le habían confiado eso.
“El padre no lo sabrá hasta que llegue el estado de cuenta de la tarjeta de crédito”, señaló.
“Así que es algo frecuente. Pasó anoche y sucederá esta noche”, agregó.
Holdsworth dijo que el plan del gobierno de prohibir a los menores de 16 años el acceso a las redes sociales es “absolutamente esencial para la seguridad de nuestros niños”.
Pero no todos los padres están convencidos de que prohibirles a los menores el uso de las redes sociales sea la solución.
Los críticos dicen que la legislación se aprobó apresuradamente en el Parlamento sin un escrutinio adecuado, no funcionará, creará riesgos de privacidad para los usuarios de todas las edades y les quitará a los padres la autoridad de decidir qué es lo mejor para sus hijos.
Alegan también que la prohibición aislará a los niños, los privará de los aspectos positivos de las redes sociales, los llevará a la llamada web oscura, hará que niños demasiado jóvenes para utilizar redes sociales teman denunciar los peligros que encuentren, y eliminará los incentivos para que las plataformas hagan que los espacios en línea sean más seguros.
Kylea Tink, legisladora independiente de Sydney, se convirtió el martes en la primera integrante de la Cámara de Representantes en hablar públicamente en contra del proyecto de ley, que haría que diversas plataformas —entre ellas TikTok, Facebook, Snapchat, Reddit, X e Instagram— enfrenten multas de hasta 50 millones de dólares australianos (33 millones de dólares) por fallas generalizadas para evitar que los niños menores de 16 años tengan cuentas en ellas.
“Como madre de tres adultos jóvenes ... soy muy consciente de los impactos negativos de las redes sociales y de los retos de la crianza en este mundo digital”, dijo Tink al Parlamento. “No obstante, también reconozco que mis hijos nacieron en la era digital y conocen muy bien el funcionamiento de estas plataformas. Por esta razón, animo a todos los involucrados en este debate a asegurarse de escuchar las voces de los jóvenes australianos en lo que respecta a este proceso de toma de decisiones, en lugar de asumir que los adultos saben qué es lo mejor”.
Tink estuvo entre 13 legisladores que votaron en contra del proyecto de ley en la cámara baja el miércoles. Fueron superados ampliamente por los 102 legisladores que sufragaron a favor.
Las plataformas han instado a una comisión del Senado que examinó el proyecto de ley el lunes a que retrase la votación hasta que se complete una evaluación en junio próximo sobre tecnologías de certeza de edad que el gobierno encargó.
La reunión de la comisión del lunes durante cuatro horas atrajo 15.000 comunicaciones escritas.
X Corp. le dijo a la comisión que la plataforma del multimillonario Elon Musk tenía “serias preocupaciones sobre la legalidad del proyecto de ley”, incluida su compatibilidad con la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
“No hay evidencia de que prohibir a los jóvenes el uso de las redes sociales funcione, y convertirlo en ley en la forma propuesta es altamente problemático”, declaró X.
Meta, la empresa propietaria de Facebook e Instagram, subrayó que el proyecto de ley era “incompatible con lo que los padres australianos nos han dicho que quieren, que es una forma simple y efectiva para que ellos establezcan controles y administren la experiencia en línea de sus adolescentes”.
Según la propuesta de ley, el consentimiento de los padres para que los niños utilicen las redes sociales no invalida la prohibición.
Lizzie O’Shea, presidenta de la organización de beneficencia Digital Rights Watch —cuyo objetivo es defender los derechos digitales de los australianos—, expresó que estaba consternada por el proceso y el plazo limitado que utilizó el gobierno para aprobar un proyecto de ley tan importante y polémico.
Dijo que está muy al tanto de los graves riesgos que conllevan las redes sociales, “pero personalmente no apoyo una prohibición porque entiendo los límites de esa política en particular, y la evidencia de expertos, que proviene de personas que trabajan en este espacio, sobre los problemas que enfrentan los jóvenes que son excluidos de esos espacios”, agregó O’Shea.
Sus preocupaciones se centraron en la privacidad, los impactos negativos en la salud mental de los niños excluidos y la posibilidad de que, a consecuencia de la prohibición, los menores de 16 años encuentren formas de acceder a espacios de redes sociales que se tornarían incluso menos amigables para ellos.
“Soy profundamente consciente de los peligros de las grandes plataformas de redes sociales, que llevan a cabo un cierto tipo de modelo de negocios que le da prioridad a la extracción de datos y la explotación de la vulnerabilidad por encima del interés público o la construcción de comunidad y la protección de la democracia”, reconoció.
Belinda Barnet, quien es experta en medios digitales de la Universidad de Swinburne y apoya la prohibición, siente que forma parte de una minoría entre los profesionales del ámbito digital.
“Me gusta principalmente porque creo que muchas de las plataformas de redes sociales tal como existen actualmente no son entornos adecuados para los niños chicos”, refirió.