BOGOTÁ (AP) — El presidente colombiano Gustavo Petro reapareció el lunes con un renovado equipo de ministros reunidos en un consejo televisado, una nueva dinámica que inició hace casi un mes, cuando la transmisión en directo tomó por sorpresa a su equipo y se ventilaron inconformidades que derivaron en una serie de renuncias.
Para el presidente, la inédita transmisión del consejo de ministros —tradicionalmente privado— es un acto de transparencia con el país que lo eligió en 2022 como el primer mandatario de tendencia izquierdista. Sin embargo, para algunos analistas representó una “implosión” de su equipo de gobierno, dado que siete ministros y altos funcionarios renunciaron y otros más salieron del gobierno por decisión de Petro, dejando un gabinete diezmado que ha sido reemplazado a cuentagotas.
Sin embargo, la principal fractura se dio con la vicepresidenta Francia Márquez, a quien Petro decidió apartar del Ministerio de la Igualdad que lideraba en simultáneo desde 2023. En su reemplazo nombró al líder afrodescendiente Carlos Rosero.
Márquez, la primera afrodescendiente en ocupar la vicepresidencia en el país, representa la figura de más alto nivel del sector de izquierda que marcó cierta distancia con el presidente después del consejo de ministros televisado. También salieron del gobierno otras figuras importantes como los ministros de Cultura, Defensa, Ambiente y Trabajo, así como el director del Departamento Administrativo de Presidencia.
Petro ha aprovechado la crisis ministerial para recomponer un gabinete que incluyó dar cabida a sectores que tradicionalmente lo han respaldado como el movimiento indígena y los sindicalistas con la cartera de Ambiente en cabeza de Lena Yanina Estrada, y de Minas, con Edwin Palma, respectivamente.
El presidente también dio cabida a los militares con el general retirado Pedro Sánchez en Defensa, al partido de centro Alianza Verde con Antonio Sanguino en la cartera de Trabajo y al partido Conservador en Deporte, con Patricia Duque.
El mandatario también ha planteado que se trata de una depuración de quienes tenían aspiraciones para las próximas elecciones presidenciales y legislativas de 2026, al tiempo en que intenta consolidar una estrategia para que la izquierda continúe en el poder, en un país típicamente gobernado por moderados y conservadores, para lo que ha pedido a su equipo resultados visibles de sus principales promesas de campaña.
La principal molestia de varios ministros durante la reunión televisada giró en torno a la designación de Armando Benedetti como jefe de despacho presidencial —quien luego fue designado como ministro del Interior—, ante cuestionamientos por un presunto caso de violencia de género y una reciente acusación por presunto tráfico de influencias en una investigación relacionada con su supuesta intervención indebida en procesos de contratación. El ministro ha dicho que es inocente de todos los señalamientos.