Al señalar su apertura a un alto el fuego, Ucrania plantea un difícil desafío al Kremlin en un momento en que el ejército ruso lleva la ventaja en la guerra: ¿debería Moscú aceptar una tregua y abandonar las esperanzas de obtener nuevas ganancias, o debería rechazar la oferta y arriesgarse a descarrilar un cauteloso acercamiento con Washington?
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha descartado repetidamente una pausa temporal en las hostilidades, afirmando que ello solo beneficiaría a Ucrania y a sus aliados occidentales al permitirles reabastecer sus arsenales. Ha insistido en que Moscú desea un acuerdo integral que garantice una resolución duradera.
El Kremlin respondió con cautela a la noticia de que Ucrania aceptó la tregua propuesta por Estados Unidos durante las conversaciones del martes en Arabia Saudí, diciendo que necesita conocer los detalles de las discusiones antes de expresar su opinión.
El precavido enfoque indica que Putin conoce el riesgo de que un rechazo contundente a la oferta podría perjudicar los esfuerzos tentativos para normalizar las relaciones entre Rusia y Estados Unidos.
Los observadores dicen que, en lugar de un rechazo absoluto, es probable que Putin proponga vincular la tregua a ciertas condiciones que protegerían los intereses de Moscú.
El ejército ruso mantuvo la iniciativa en el campo de batalla el año pasado, logrando avances lentos pero constantes a lo largo de varias secciones de la línea del frente, de 1.000 kilómetros (600 millas) de longitud. El ritmo de los avances rusos se aceleró en otoño, cuando las fuerzas de Moscú capturaron la mayor cantidad de territorio desde el inicio de la guerra.
Ucrania buscó retomar la iniciativa con una incursión sorpresa en la región de Kursk, en Rusia, que comenzó en agosto, buscando distraer a las fuerzas de Moscú de su ofensiva en el este de Ucrania y lograr avances que pudieran ser intercambiados en las negociaciones de paz por áreas ocupadas por Rusia. Sin embargo, la incursión desvió los recursos ucranianos de la defensa de la región de Donetsk en el este y no logró frenar los avances rusos. Ahora, las fuerzas ucranianas están a punto de perder su última cabeza de puente en Kursk bajo el peso de una rápida contraofensiva rusa.
Moscú también devastó la infraestructura energética ucraniana con oleadas de misiles y drones, destruyendo gran parte de su capacidad de generación de energía.
Putin ha afirmado repetidamente que una pausa temporal en las hostilidades, en un momento en que las fuerzas rusas mantienen firmemente la iniciativa, solo daría a las exhaustas tropas ucranianas un respiro para descansar y rearmarse.
“En cuanto a la resolución de la situación, me gustaría enfatizar que no debería estar dirigida a una tregua breve —una especie de pausa para reagrupar tropas y rearmarse para continuar el conflicto— sino a una paz a largo plazo”, señaló Putin.
Moscú ha dejado claro que no aceptaría tropas de países miembros de la OTAN como monitores en un posible acuerdo de paz.
Los objetivos clave de Putin siguen siendo los que declaró cuando lanzó la invasión a gran escala el 24 de febrero de 2022: que Ucrania renuncie a unirse a la OTAN, reduzca drásticamente su ejército y proteja el idioma y la cultura rusos para mantener al país en la órbita de Moscú. Además, ahora quiere que Kiev retire sus fuerzas de las cuatro regiones que Moscú ha tomado, pero que no controla completamente.
Las autoridades rusas también han dicho que cualquier posible acuerdo de paz debería incluir el descongelamiento de activos rusos en Occidente y la cancelación de otras sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea. El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump ha puesto sobre la mesa un posible alivio de sanciones.
Junto con eso, Putin ha enfatizado repetidamente la necesidad de “eliminar las causas fundamentales de la crisis”, en referencia a la demanda del Kremlin de revertir un aumento de la presencia militar de la OTAN cerca de las fronteras rusas, que describe como una gran amenaza para su seguridad.
El líder del Kremlin ha argumentado que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, cuyo mandato expiró el año pasado, carece de legitimidad para firmar un acuerdo de paz. Kiev sostiene que es imposible celebrar elecciones en medio de una guerra. Trump ha hablado de la necesidad de que Ucrania celebre elecciones, en comentarios que hicieron eco a la opinión de Moscú.
Algunos observadores señalaron que, en lugar de un rechazo absoluto a la tregua propuesta, Putin podría presentar varias condiciones.
El comentarista pro-Kremlin Sergei Markov sugirió que Moscú podría aceptar una tregua si los aliados de Ucrania detienen el suministro de armas a Kiev. Estados Unidos dijo que reanudó los envíos de armas y el intercambio de inteligencia con Ucrania el martes, cuando ésta aceptó una tregua en Arabia Saudí.
“Rusia podría decir ‘sí, pero’ a una oferta de alto el fuego, aceptando una tregua de 30 días con la condición de que se imponga un embargo al suministro de armas a Ucrania”, escribió Markov.
Otro deseo de Moscú es una elección presidencial en Ucrania, que sería posible después de que ese país levante la ley marcial.
“La paz permitiría que Rusia influya en la política ucraniana y utilice medios pacíficos para garantizar relaciones amistosas”, dijo Markov.
El experto en política exterior con sede en Moscú, Alexei Naumov, también pronosticó que Rusia probablemente aceptaría la oferta de alto el fuego si ello conduce a una elección en Ucrania.
“Hay una paradoja en estas conversaciones e iniciativas de paz: Ucrania y Rusia compiten por la atención de Donald Trump y buscan mejorar sus posiciones con su ayuda”, dijo Naumov en un comentario.
Sam Greene, del Centro de Análisis de Políticas Europeas con sede en Washington, dijo que sería difícil imaginar a Putin diciendo “no” categóricamente a la propuesta de alto el fuego, y añadió que el líder del Kremlin ” de alguna manera ya ha logrado más a través de este proceso de negociación... de lo que ha logrado en mucho tiempo en el campo de batalla”, y describió la breve pausa en la asistencia militar de Estados Unidos a Ucrania y la conversación sobre la reversión de sanciones como “grandes victorias” para Rusia.
Las declaraciones de Putin en contra de una tregua temporal significan simplemente que Rusia “probablemente no aceptará un alto el fuego sin obtener varias cosas en el camino”, dijo Greene.
“El tipo de alto el fuego que podría interesarle no es, claramente, el tipo de alto el fuego en el que los ucranianos o los europeos podrían estar interesados, aunque los estadounidenses podrían ser más maleables en eso”, añadió.
“Moscú tiene todas las razones para creer que... si este proceso llega a algún lado, será más o menos en los términos de Rusia, siempre que el proceso esté impulsado por Washington”, dijo Greene.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.