RAMALA, Cisjordania (AP) — La liberación el sábado de cuatro militares israelíes que Hamás tenía cautivas tuvo un alto costo para Israel.
El gobierno israelí liberó a 200 prisioneros palestinos —de los cuales 120 cumplían cadena perpetua— de sus cárceles dentro de un acuerdo de alto el fuego. Las edades de los prisioneros oscilaban entre 16 y 67 años.
Algunos fueron liberados en una Cisjordania eufórica, mientras que aquellos cuyos delitos eran considerados demasiado graves fueron transferidos a Egipto.
En la ciudad cisjordana de Ramala el sábado, docenas de palestinos liberados —todos de aspecto frágil en sus manchados uniformes grises de las prisiones israelíes— descendieron de un autobús blanco de la Cruz Roja y se entremezclaron en una multitud jubilosa.
Las imágenes revivieron el trauma para los israelíes cuyos seres queridos fueron asesinados por algunos de los liberados.
Moshe Har Melech, cuyo hijo fue asesinado en un ataque armado palestino en 2003, dijo que le repugnaba ver que se les diese una recepción de “superhéroes” a los prisioneros liberados, y advirtió que incluso el exilio no era un factor disuasivo.
“Continuarán reclutando a distancia y estableciendo células terroristas”, lamentó. “En esta ocasión serán más experimentados”.
Jóvenes palestinos llenos de adrenalina, algunos de los cuales habían compartido celdas con los liberados, transmitieron la celebración en redes sociales. Algunos médicos realizaron exámenes a los prisioneros, quienes relataron que en la cárcel israelí las condiciones eran duras y frecuentemente recibían golpizas. Madres e hijos lloraron mientras se abrazaban por primera vez en años.
“No se puede describir. Estar entre tu madre y tu padre, es una sensación indescriptible”, declaró Azmi Nafaa, acusado de intentar embestir su vehículo contra soldados israelíes en un puesto de control en 2015 y sentenciado a 20 años de prisión. Fue liberado después de nueve años.
Su madre, Hadiya Hamdan, dijo que cocinaría albóndigas de carne en salsa de yogur. Nafaa sugirió que probaran el “mansaf” más elaborado, un plato beduino de cordero y arroz servido en bodas y celebraciones palestinas.
“Pero eso puede ser difícil para ti”, dijo él.
Ella lo miró y sonrió. “No”, respondió. “Nada será difícil”.
No hubo tal recepción para los 70 prisioneros enviados al exilio, cuyo convoy se dirigió hacia el sur y pasó silenciosamente por el cruce fronterizo de Rafah en Gaza hacia Egipto.
En una muestra de los retos que enfrenta Israel, la bienvenida a los prisioneros en Ramala —sede de la Autoridad Palestina— dejó ver un gran apoyo al grupo rival Hamás. Muchos jóvenes palestinos ondeaban las banderas verdes de Hamás y le pedían al grupo islamista que capturara más israelíes para liberar a todos los prisioneros.
A continuación presentamos un vistazo a los prisioneros palestinos más destacados liberados el sábado.
Aradeh, activista de la Yihad Islámica Palestina, fue sentenciado a cadena perpetua por una serie de delitos que se remontan a la segunda intifada —levantamiento contra la ocupación israelí— en la década de 2000. Algunos de los cargos, según el Servicio de Prisiones de Israel, incluían colocar un dispositivo explosivo e intento de asesinato.
Se le atribuyó la planificación de una extraordinaria fuga de prisión en 2021, cuando él y otros cinco detenidos usaron cucharas para excavar un túnel en una de las prisiones más seguras de Israel. Permanecieron prófugos durante días antes de ser capturados.
De una familia empobrecida y políticamente activa en Yenín, en el norte de la Cisjordania ocupada, Aradeh tiene tres hermanos y una hermana que también han pasado años en prisiones israelíes.
El sábado fue recibido en Ramala como si fuera una especie de héroe de culto mientras familiares, amigos y simpatizantes lo rodeaban, algunos de los cuales coreaban: "¡El túnel de la libertad!”, en referencia a su fuga de la cárcel. Cuando se le preguntó cómo se sentía, Aradeh estaba boquiabierto.
Una y otra vez murmuraba: “Gracias a Dios, gracias a Dios”.
Los tres hombres provienen del barrio de Silwan, en Jerusalén Oriental, y ascendieron en las filas de Hamás. Responsables de una serie de ataques mortales durante la segunda intifada, los tres fueron sentenciados a cumplir varias cadenas perpetuas en la cárcel israelí en 2002.
Fueron acusados de planear un atentado suicida en un concurrido salón de billar cerca de Tel Aviv en 2002, en el cual murieron 15 personas. Más tarde ese año, se descubrió que habían orquestado un atentado con bomba en la Universidad Hebrea en el que murieron nueve personas, incluidos cinco estudiantes estadounidenses. Israel había dicho que Odeh, que en esa época trabajaba como pintor en la universidad, era el cerebro del ataque.
Los tres estaban entre los transferidos a Egipto. Todas sus familias viven en Jerusalén.
Tres hermanos de la destacada familia Abu Hamid del campamento de refugiados de Al Amari en Ramala —Nasser, de 51 años, Mohammad, de 44, y Sharif, de 48— fueron deportados juntos el sábado. Habían sido sentenciados a cadena perpetua por ataques mortales contra israelíes en 2002.
Su hermano, otro Nasser Abu Hamid, fue uno de los fundadores de la Brigada de los Mártires de Al-Aqsa, una milicia armada afiliada a Fatah, el partido político seglar que controla la Autoridad Palestina.
Él también fue sentenciado a cadena perpetua por varios ataques mortales. Su muerte tras las rejas en 2022 debido a cáncer de pulmón desató una ola de protestas airadas en Cisjordania mientras funcionarios palestinos acusaban a Israel de negligencia médica.
La familia tiene una larga trayectoria de militancia palestina. La madre, Latifa Abu Hamid, de 72 años, ahora tiene tres hijos exiliados, uno aún encarcelado, uno que murió en prisión y otro que fue asesinado por fuerzas israelíes. La casa de la familia ha sido demolida al menos tres veces por Israel, que defiende tales demoliciones punitivas de viviendas por considerarlas un disuasor contra futuros ataques.
Al Tous tenía el título de ser la persona que más tiempo había pasado en una prisión israelí hasta su liberación el sábado, indicaron autoridades palestinas.
Arrestado por primera vez en 1985 mientras combatía a fuerzas israelíes en la frontera jordana, el activista del partido Fatah pasó un total de 39 años tras las rejas. Originario de la ciudad de Belén, en Cisjordania, estaba entre los prisioneros exiliados a Egipto.
___
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de la AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.