El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el martes una orden ejecutiva destinada a reducir los costos de la fertilización in vitro (FIV), un procedimiento médico que ayuda a las personas que enfrentan infertilidad a formar una familia.
“Los estadounidenses necesitan un acceso confiable a la FIV y opciones de tratamiento más asequibles, ya que el precio por ciclo puede variar de los 12.000 a los 25.000 dólares”, dice la orden. “Brindar apoyo, conocimiento y acceso a tratamientos de fertilidad asequibles puede ayudar a estas familias a transitar su camino hacia la paternidad con esperanza y seguridad”.
La orden instruyó al asistente del presidente para política interna a dar a Trump una lista de recomendaciones de políticas para proteger el acceso a la FIV y “reducir agresivamente los costos de desembolso y del plan de salud para el tratamiento de FIV” dentro de un plazo máximo de 90 días.
La FIV se convirtió en un tema de conversación durante la campaña presidencial de 2024 cuando Alabama acordó proteger a los proveedores de fertilización in vitro de la responsabilidad legal un par de semanas después de que la Corte Suprema del estado dictaminó que los embriones congelados pueden considerarse niños, en conformidad con la ley estatal.
En ese entonces, Trump dijo que apoyaba firmemente su disponibilidad. Y una encuesta de junio realizada por The Associated Press y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos encontró que aproximadamente seis de cada 10 adultos estadounidenses apoyan proteger el acceso a la FIV, mientras que un 26% es neutral y aproximadamente uno de cada 10 está en contra.
En 2018, la tecnología de reproducción asistida, incluida la FIV, contribuyó al 2% de la totalidad de bebés que nacieron en Estados Unidos, según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
A continuación, lo que debe saber sobre este tratamiento de fertilidad cada vez más común:
Es un procedimiento que ofrece una posible solución cuando una mujer tiene problemas para quedar embarazada, y que normalmente se prueba después de que fallan otros tratamientos de fertilidad menos costosos.
Implica la extracción de los óvulos de la mujer y su combinación en una placa de Petri con el esperma de un hombre para crear un embrión fertilizado, que luego se transfiere al útero de ella en un intento de crear un embarazo.
La FIV se realiza en ciclos y puede requerir más de uno. El procedimiento puede utilizar los óvulos y el esperma de una pareja o los de un donante.
La cobertura de la FIV y otros tratamientos de fertilidad por parte de un seguro médico puede ser irregular y depende de quién proporcione el seguro al paciente.
Cada vez más empleadores grandes ofrecen la cobertura para atraer y retener a los trabajadores. Muchas empresas también han ampliado la cobertura más allá de quienes tienen un diagnóstico de infertilidad, y la han hecho accesible a parejas LGBTQ+ y mujeres solteras.
Los programas financiados por el gobierno, como Medicaid, limitan en gran medida la cobertura del tratamiento de fertilidad. La cobertura es menos común entre los empleadores más pequeños.
Los críticos han dicho que la falta de cobertura generalizada crea una división que limita los tratamientos principalmente a personas que pueden pagar miles de dólares de su bolsillo.
El primer bebé concebido mediante FIV nació en Inglaterra, en 1978, y el primero en Estados Unidos fue Elizabeth Carr, quien nació en Norfolk, Virginia, en 1981.
Su madre, Judith Carr, había tenido tres embarazos anormales, lo que obligó a la extirpación de sus trompas de Falopio. Ella y su esposo buscaron un tratamiento de Howard y Georgeanna Jones, médicos que abrieron una clínica de fertilidad en la Facultad de Medicina de Eastern Virginia, de la Universidad Old Dominion.
La clínica de Norfolk enfrentó resistencia incluso antes de abrir. Cuando solicitó el certificado estatal requerido, en 1979, más de 600 personas se agolparon en una audiencia pública. Varias mujeres expresaron su apoyo a la FIV y testificaron sobre su deseo de formar una familia, mientras que los grupos antiabortistas expresaron su preocupación por la interferencia de los médicos en la concepción humana y que algunos embriones fueran descartados.
A pesar de la legislación estatal propuesta para impedir la apertura de la clínica, ésta comenzó a operar en 1980 —y otras le siguieron poco después en California, Tennessee y Texas. Para 1988, al menos 169 centros in vitro funcionaban en 41 estados.
El uso de la FIV siguió en aumento, pero dentro del movimiento antiabortista estadounidense los sentimientos en contra nunca desaparecieron del todo, señaló Margaret Marsh, profesora de historia en la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey.
Muchos opositores al aborto habían hecho unas paces tensas con la tecnología como tratamiento para la infertilidad, prosiguió Marsh. Pero la oposición a la FIV ha ganado impulso desde la revocación del fallo del caso de Roe contra Wade en 2022.
“No todos en el movimiento antiabortista se oponen a estas tecnologías reproductivas, pero muchos lo hacen”, añadió.
El tratamiento suele utilizar hormonas para desencadenar la ovulación, de modo que se produzcan múltiples óvulos que son extraídos de los ovarios con una aguja.
Los óvulos pueden fertilizarse al añadir el esperma a los óvulos en un laboratorio, o se puede inyectar un solo espermatozoide en cada óvulo.
El óvulo fertilizado se cultiva durante unos cinco a seis días para crear el blastocisto —la etapa inicial de un embrión— y se transfiere o se almacena para su utilización futura, explicó el doctor Jason Griffith, un endocrinólogo reproductivo de Houston.
Griffith dijo que al tercer día después de la fertilización, un embrión tiene entre seis y diez células. Para el sexto día, tiene entre 100 y 300 células. En comparación, agregó, una persona tiene más de un billón de células.
Los embriones congelados pueden utilizarse para embarazos futuros, y la mayoría sobrevive al proceso de descongelación.
El proceso de congelación implica reemplazar el agua en las células del embrión con un líquido protector y su congelación rápida con nitrógeno líquido, según el sistema de atención médica Johns Hopkins Medicine.
Los embriones congelados se almacenan en tanques que contienen nitrógeno líquido en laboratorios de hospitales o centros de medicina reproductiva. Griffith añadió que también pueden mantenerse en instalaciones de almacenamiento contratadas por centros de atención médica, especialmente si se almacenan durante muchos años. Los embriones congelados pueden conservarse de forma segura durante una década o más.
Griffith refirió que en estas instalaciones se controlan las condiciones, y que existen mecanismos de seguridad física para salvaguardar los tanques, como generadores de emergencia en caso de cortes de energía.
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Ungar informó en Louisville, Kentucky. Los periodistas de The Associated Press Tom Murphy, en Indianápolis, y Ben Finley en Norfolk, Virginia, contribuyeron a este despacho.
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