WASHINGTON (AP) — El presidente estadounidense Donald Trump comenzó el viernes a esbozar un plan para desmantelar el Departamento de Educación, en el que otras agencias asumirían la responsabilidad de los créditos estudiantiles federales y de los programas que atienden a estudiantes con discapacidades.
En la orden ejecutiva que Trump firmó el jueves para eliminar el departamento no se ofrece un cronograma ni instrucciones, pero su gobierno parece estar listo para recortar todo excepto las operaciones más vitales del departamento.
Trump afirmó que los préstamos estudiantiles serán manejados por la Administración de Pequeñas Empresas, y “serán atendidos mucho mejor de lo que lo han sido en el pasado”. También dijo que los programas relacionados con los estudiantes con discapacidades se trasladarían al Departamento de Salud y Servicios Humanos.
El presidente republicano anunció los cambios al inicio de un evento en la Oficina Oval centrado en desarrollar un avión de combate de próxima generación.
La secretaria de Educación, Linda McMahon, dijo que se está preparando para reubicar las operaciones centrales del departamento en otras agencias y reducir las regulaciones federales. En un artículo de opinión publicado el viernes por Fox News Channel, dijo que abolir el departamento “no sucederá mañana”, pero planea allanar el camino.
“Desmantelaremos sistemáticamente las regulaciones innecesarias y nos prepararemos para reasignar las otras funciones del departamento a los estados u otras agencias”, escribió McMahon.
Entre las funciones a reasignar están la distribución de fondos federales para apoyar a los estudiantes de bajos ingresos y a los estudiantes con discapacidades, la gestión del departamento de la ayuda financiera estudiantil, la aplicación de los derechos civiles y la recopilación de datos, escribió.
Solo el Congreso tiene el poder de poner fin por completo al Departamento de Educación. Los republicanos del Congreso planean una legislación para eliminar la agencia, aunque enfrentan una fuerte oposición de los demócratas.
Los opositores ya han prometido impugnar la orden de Trump en los tribunales.
Algunos gobernadores demócratas dicen que esto provocará que los grupos sean más grandes y que haya menos programas extracurriculares. Los opositores dicen que la orden de Trump perjudicará a los estudiantes que dependen del dinero federal y ampliará las brechas entre los estados con mejores y peores resultados.
El departamento ya ha utilizado despidos y renuncias voluntarias para reducir a la mitad su fuerza laboral, al tiempo que recorta docenas de contratos considerados derrochadores o excesivamente liberales.
Trump ha criticado al departamento, calificándolo como un desperdicio del dinero de los contribuyentes y ha dicho que se ha infectado con ideología liberal. Afirmó que su poder debería ser transferido a los estados, lo que considera como un remedio para el rezago del sistema educativo estadounidense.
“El costo será la mitad, y la educación será tal vez muchas, muchas veces mejor”, dijo Trump en una ceremonia de firma el jueves.
En su orden ejecutiva, Trump afirma que el Departamento de Educación no es lo suficientemente grande para manejar su cartera de préstamos, y agrega que “debe devolver las funciones bancarias a una entidad equipada para servir a los estudiantes de Estados Unidos”.
Los conservadores han soñado durante mucho tiempo con cerrar el departamento, calificándolo como una capa innecesaria de burocracia que sobrecarga a las escuelas locales. Entre los presentes en la firma estaban los gobernadores de varios estados republicanos junto con activistas que dicen que los padres deberían tener más poder sobre la educación de sus hijos.
Gran parte del trabajo de la agencia gira en torno a la gestión del dinero. El organismo supervisa una cartera de préstamos estudiantiles de 1,6 billones de dólares y envía miles de millones de dólares al año a las escuelas públicas. La mayor parte de la ayuda proviene de la ley federal, con programas dirigidos a escuelas de bajos ingresos y a estudiantes con discapacidades y necesidades especiales.
También supervisa la ayuda financiera estudiantil, incluidas las becas Pell y la Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes, conocida como FAFSA por sus siglas en inglés.
Desde que se creó el Departamento de Educación en 1979, los puntajes de las pruebas de los estudiantes del país se han mantenido sin cambios, a pesar del gasto de un billón de dólares por parte de la agencia, dijo McMahon en su artículo de Fox News.
La rareza de la tarea que enfrenta McMahon, al ser responsable del cierre permanente del departamento que lidera, no pasó desapercibida para ella.
“Esta no es una misión rutinaria”, escribió. “Es una transformación, impulsada por la clara voluntad del pueblo estadounidense de devolver la educación a los estados, y la elección decisiva del presidente Donald Trump.”
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
