A mediados de diciembre se realizó en Montreal la Conferencia sobre Diversidad Biológica de la ONU (COP15) que convocó a gobiernos de todo el mundo para acordar un nuevo marco mundial para la conservación de la diversidad biológica posterior a 2020. Básicamente, discutieron el compromiso sobre qué porcentaje de planeta vamos a proteger de acá a 2030.
Para Argentina existen razones estratégicas sobre la importancia de estas negociaciones en Montreal porque, además de ser el “el granero del mundo” (frase discutible en los tiempos que corren), en lo que sí nos estamos transformando, aunque muchos no lo noten, es en el “parque nacional del mundo”.
Y podría esto pasar inadvertido para la gran mayoría, pero no debería ocurrir lo mismo para nuestra clase dirigente, la que está o la que venga, da lo mismo. Es central que quienes conducen o aspiran a conducir los destinos del país en las próximas décadas entiendan que la Argentina tiene una oportunidad que la está ubicando, junto con otros países de América latina, en el centro de la discusión global y que, contrariamente a lo que muchos creen, conservar –proteger, cuidar– no es impedir el desarrollo sino todo lo contrario.
Es decir, proteger y valorizar nuestro capital natural es el mejor camino para un desarrollo sustentable, limpio y, por sobre todo, (y acá viene la palabrita mágica) rentable.
La ciencia es clara y contundente: a pesar de los esfuerzos en curso, la biodiversidad se está deteriorando en todo el planeta y se prevé que esta degradación empeore si no se toman medidas audaces. Y justamente, la audacia es el camino que la Argentina más le conviene. Nuestro país está hecho a medida del desarrollo sustentable, aún hoy.
Argentina biopotencia
Desde Banco de Bosques hemos realizado un análisis específico para Argentina, basado en el potencial de recuperación de nuestra biodiversidad, con base en los datos de la investigación global. En resumen, se pueden sacar tres conclusiones importantes:
- El 15% de la superficie continental argentina es de particular importancia para la biodiversidad y, otro 27%, de particular importancia para los servicios ecosistémicos adicionales, lo que da un total de 42% de la superficie terrestre del país.
- Aproximadamente el 28% de la superficie biodiversa está protegida en la actualidad. Una prioridad urgente sería la protección de áreas de extrema importancia para la preservación de especies raras o en peligro de extinción, esto es 4,3% del país.
- En el mapa puede observarse una gran extensión de áreas silvestres intactas y áreas de estabilización climática. La conservación de estas áreas podría contribuir a los compromisos del país en virtud del Acuerdo Climático de París. Se estima que el área GSN (sigla en inglés de red de seguridad global) total de la Argentina almacena 15,2 mil millones de toneladas de carbono.
A partir de estos datos –que son aportes novedosos y valiosos–, Argentina está en condiciones, por un lado, de comprometer metas de conservación ambiciosas y consistentes (lo que da lugar también a reclamar contraprestaciones, compensaciones y fondos de apoyo y fomento) y, por el otro, de acompañar a otros países y a otras organizaciones en exigir a los países desarrollados, contaminadores históricos y responsables de la degradación ambiental global, que aumenten sus aportes a la protección de la biodiversidad vital.
Los datos expuestos demuestran que Argentina ya protege casi un 30 por ciento de su superficie continental. Algunos países sostienen la fórmula conocida como 30x30 que supone un compromiso global de conservación del 30 por ciento del planeta para 2030.
Nosotros creemos que por una vez tenemos que ganarle de mano a la degradación, porque hoy ya sabemos que no es suficiente. No volvamos a tener esta discusión a futuro para hablar del 50%. Hagámoslo hoy. Argentina debe seguir la evidencia científica más reciente –que incluye recomendaciones del panel de expertos que asesora a las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático– y reclamar que se conserve entre el 30 y 50 por ciento de la superficie de la tierra para 2030.
Argentina tiene lo que hay que tener para ganarle a la extinción y plantarse como un líder global de biodiversidad. Entonces, por qué no exigir y pedir más y reclamar fondos para sostener nuestros niveles de conservación –que ya le ofrecemos gratis a los países contaminadores– y alzar la voz y poner en la balanza cuánto vale lo que tenemos, lo que hacemos y lo que podríamos hacer.
Como decíamos al principio, Argentina podría liderar y conducir una conversación mundial, tiene fundamentos y antecedentes que la respaldan. Habrá que ver si quienes nos representan quieren ganar el partido dentro de los 90 minutos o se conforman con ir a los penales, arriesgando más extinción y más calentamiento global en el camino.
*Director ejecutivo de la Fundación Banco de Bosques y exvicepresidente Administración de Parques Nacionales.