–¿Existe la figura del artista jubilado? ¿Cómo se da el retiro en los artistas?
–Sí, hay algunos que sí, yo todavía no. No trabajo como antes, dije que no a hacer las temporadas de este año en Carlos Paz y en Mar del Plata. Pero de a poco me iré yendo.
–¿Vos crees en el retiro gradual?
–Como me va saliendo. No me gustan tampoco las despedidas. Me voy hoy, y mañana me sale un show y me dan ganas de hacerlo y vuelvo.
–De lo que dejaste en el camino, ¿hay algo que retomarías en el retiro, como estudiar abogacía?
–No, eso fue porque mi viejo era abogado, era camarista del Crimen; su primo hermano, miembro del Tribunal Superior. Mi viejo murió cuando yo tenía 16. Siempre digo que si mi viejo hubiera vivido, yo hubiera sido abogado, pero no hubiera ejercido porque no me gustó nunca.
–Y empezaste la carrera artística por el lado del folclore.
–El presidente de la Academia Nacional del Folklore, “Tonito” Rodríguez Villar, el autor de la famosa chacarera La flor azul, me dice que haga un espectáculo con canciones mías serias, contando por qué las hice y anécdotas humorísticas y cuentos. Qué linda la idea, pero por ahora no me animo.
–¿Y tenés muchas letras escritas?
–Registradas en Sadaic tengo 95. Incluso me grabaron Suma Paz, Edgard Di Fulvio, Los de Salta, Los 4 de Córdoba.
–¿Y cuánto ha cambiado del humor de aquellos años tuyos de esplendor a este humor, no sólo por distintos conceptos sociales sino también tecnológicos?
–Ahora te pueden mochar algunos chistes, algunos cuentos, pero bueno, gracias a Dios tengo un repertorio. Calculá que yo grabé 35 CD o longplays. Calculá el material que tengo, donde hay de todo.
–¿Por qué decidiste no grabar más “Don Abraham”?
–Porque me salió tan bien la segunda vez, que no creo que me salga de nuevo así. Lo dejo así, me respeto a mí mismo.
–¿Y cómo te llevas con tu máxima creación?
–Tengo muchas anécdotas. Cuando viví en Los Ángeles, estuve viviendo un tiempo en la casa de Pancho Romero, que era el tenor de Los Trovadores. Un día andaba yo paseando por Santa Mónica, y me llama Pancho y me dice: “Tenés que venir ya”. Cuando entro, estaba un matrimonio, que el tipo cuando me ve se emociona, se le llenan los ojos con lágrimas. Era un argentino que vivía en el estado de Utah. Y me contó que él todas las tardes, después de que terminaba su labor en su inmobiliaria, volvía a la casa, y en la casa prendía la “compu” y escuchaba a Don Abraham.
–¿Cómo es eso de la canción tuya conocida en Cuba?
–Un día La Voz del Interior hace una reunión de prensa con todos los elencos y veo una morochita que cuando me anuncian a mí se emociona. Y entonces se me acerca y me dice: “Tú tienes un éxito en Cuba que todo el mundo lo canta, que se llama Soñé que comía un pollo”. Y le pregunto ¿por qué gustaba tanto? “Porque en Cuba no cualquiera come pollo”, me dice.
–¿Cómo fue tu relación con la política? ¿Te ofrecieron alguna vez ser candidato a algo?
–Sí, en un momento me buscó (Sergio) Massa para diputado. Y después me buscaron para ser vicegobernador de una lista cercana a (Javier) Milei. Yo no soy de ningún partido, veo que se viven cambiando. Mi abuelo fue uno de los fundadores del Partido Demócrata en Córdoba, Javier Álvarez Cordeiro, fue senador y presidente del Banco de Córdoba, amigo de Ramón Cárcano.
–¿Y qué pensás hoy de la situación del país?
–Lo veo difícil. Que baje la inflación está bien, pero yo voy al supermercado y de 10 cajas, 7 están cerradas. Hay mucha gente que no tiene.
–¿Qué haces en tu vida aparte de la actuación?
–El hobby que he tenido años, que todavía lo tengo pero más chiquito, es la cría de perros de exposición de boxers. Antes tenía 10 perros, ahora tengo 2. Y antes iba a todas las exposiciones y ahora voy de vez en cuando.
–El documental de Netflix, “Todo sobre el asado”, en el que actuás vos, fue muy reproducido en todo el mundo. ¿Seguís siendo fan del asado?
–Yo como de todo. Asado, pescado y lo que sea. Viví en México, tuve un restaurante español allá. Ahí aprendí a comer. Me gusta la comida india, la japonesa, la árabe. Me gusta la comida, me gusta el vino, el champán. Y ese documental también se vio en todo el mundo, por ahí me mandan mensajes de todos lados, que es una película que me ha gustado muchísimo.
–Así como vos en tus relatos te has nutrido del habla de la gente, ¿tenés la sensación de que el habla de muchos cordobeses está influida por tus giros y relatos?
–Queda medio pedante que lo diga, pero creo que sí, porque todo eso yo lo aprendí cuando chico iba a jugar y pescar al río y me encantaba la manera de hablar de los chicos de la villa La Tribu y les copié muchas cosas. Hay muchos que todavía dicen esas frases. Me cruzo a mucha gente que me habla con frases que yo fui incorporando a los chistes.
–Algunas veces te citamos y otras ya ni te citamos. ¿Es una de las formas en que querés que te recuerden?
–Que mejor que eso. Gente que me llama o escribe en redes de los lugares más remotos y me dice: “Negro, acá me emocioné porque escuché un cuento tuyo y me acordé de Córdoba, cuando esto, cuando lo otro”.
–¿Sos parte del patrimonio cultural de Córdoba?
–Yo qué sé. A mí en la calle me reconocen muchos chicos que no son de mi época, pero dicen que el padre los llevaba en el auto escuchando el CD mío. Y ahora con el Facebook, el WhatsApp y las otras redes, hay mucha gente de todas las edades escuchando mis relatos.
Perfil: humorista, actor y folklorista
Carlos Alberto Álvarez tiene 79 años y es conocido como “el Negro” Álvarez. Nació en Villa Dolores y se radicó de chico en la ciudad de Córdoba. Es un humorista, actor y folclorista. Comenzó con el Dúo Argentino y ha escrito muchas letras de canciones. Colaboró con la revista Hortensia y se consagró como humorista. Participó de diferentes elencos en espectáculos teatrales y programas de televisión. Tiene más de 50 discos grabados con cuentos y relatos humorísticos.