Hay importantísimas obras de infraestructura en el país que deberían estar terminadas desde hace décadas y cuyo destino, sin embargo, es incierto. Se empezaron con grandes anuncios y ahí están, inconclusas, esperando que las retomen o que que el abandono acabe por sepultarlas.
En el caso de la provincia de Córdoba, uno de esos grandes monumentos de la inconclusión es la autovía Córdoba-San Francisco, en la ruta nacional 19, que se prolonga hasta la ciudad de Santa Fe y que en el tramo correspondiente a la provincia vecina, desde Santo Tomé hasta Frontera, está concluida desde 2011.
Lamentablemente, el tramo correspondiente a la provincia de Córdoba tuvo un avance parcial, pero sufrió una serie de avatares económicos y políticos que impidieron su inauguración, pese a los anuncios de dos presidentes, Mauricio Macri y Alberto Fernández.
Para tener una idea clara de la demora que viene sufriendo la obra, vale la pena recordar que en septiembre de 2016, la Nación, con Mauricio Macri como primer mandatario, llamó a licitación para construir la autopista 19, obra que reemplazaría los 156 km de ruta que unen Río Primero con San Francisco.
Los sobres con las propuestas se abrieron un mes después, el 5 de octubre. Se presentaron 25 empresas para los cuatro tramos en que se dividió la obra. Los trabajos, por entonces con un presupuesto total de poco más de $ 7 mil millones y financiación del BID, iban a empezar en enero de 2017, con un plazo máximo de ejecución de 30 meses.
Se anunció que esta ruta clave del este cordobés –por la que transita gran parte de los camiones que usan el corredor bioceánico que une Brasil con Chile– iba a estar lista a mediados de 2019, justo antes de las elecciones de ese año.
Sin embargo, en el curso de 2018, la economía del país explotó. La cotización del dólar se duplicó, las reservas de Banco Central de la República Argentina se desplomaron, hubo sequía, se aceleró la inflación, se estableció el cepo cambiario. Después llegó un nuevo Gobierno nacional, que debió atravesar una pandemia, inflación desatada y una fuerte disputa de poder entre el Presidente y la vicepresidenta.
El resultado es que la obra de la autovía 19 está paralizada desde hace 18 meses, y todo indica que si fuera por voluntad del actual Gobierno nacional –que se jacta de combatir la supuesta corrupción en la obra pública suspendiéndola–, la parálisis podría prolongarse durante el tiempo que dure la administración de Javier Milei.
La única noticia que puede interpretarse como positiva al respecto es que el Gobierno provincial ahora quiere hacerse cargo. El presupuesto para terminarla ronda los U$S 120 millones, una cifra importante, pero no imposible, más si se tienen en cuenta las millones de toneladas de producción que circulan por esa ruta.
Es de esperar que los detalles faltantes para cerrar el acuerdo entre Nación y Provincia se superen y que los eventuales intereses electorales que podrían entorpecerlo se dejen de lado en nombre del bien común.
