Entre tantas noticias que abruman en estos tiempos de desventuras colectivas, no se pueden ignorar, sin embargo, aquellos hechos que contribuyen a mantener en pie las esperanzas. Más aún cuando se trata de situaciones de invalorable razón humanitaria, entre las que ocupa primerísimos planos la donación de órganos.
Por cierto, hay motivos para poner en un marco de optimismo los avances producidos respecto de la cantidad de donantes. Ello, en virtud de los cambios culturales en relación con decisiones voluntarias y solidarias que han colaborado para salvar vidas.
En este sentido, Córdoba se ubica entre las provincias que mayor número de donantes de órganos registró durante 2023, lo cual se tradujo en un aumento significativo de intervenciones a pacientes que se encontraban en lista de espera.
Según datos difundidos por el Ente Coordinador de Ablación e Implante de Córdoba (Ecodaic), que funciona en la órbita del Ministerio de Salud provincial, al cabo de 2023 se incrementó un 10% la actividad de donaciones en relación con 2022. Es decir, se concretaron 110 operativos de esa naturaleza, sobre los 73 verificados un año antes.
Más allá de las normativas vigentes, que colocan en condiciones de donantes a los mayores de 18 años, salvo que dejen expresa constancia de su negativa, no se pueden omitir los cambios de criterio que prevalecen en gran parte de la comunidad.
Para el director del Ecodaic, Marcial Angós, las cifras alentadoras son el resultado de los progresos en el desarrollo del Programa Provincial de Procuración, que está en marcha desde 2015.
El funcionario pondera que, desde que se puso en vigencia la ley Justina, sancionada por el Congreso Nacional en agosto de 2018, el panorama es alentador, en razón del cambio cultural de la sociedad en relación con la donación de órganos y tejidos.
Y es en este punto crucial donde vale recordar los motivos aciagos que impulsaron la citada norma. En efecto, la ley tomó el nombre de Justina Lo Cane, una niña de 12 años que en noviembre de 2017 falleció mientras esperaba el trasplante de corazón.
Uno de los puntos del articulado señala que toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos, a menos que deje constancia de su oposición.
Aun con sus avances, el contexto continúa complejizado por las demandas y dificultades operativas, ya que en la Argentina hay 10.026 personas que aguardan un trasplante de órganos o tejido corneal. En Córdoba, son 1.046.
Sin dejar de valorar los progresos en cuanto a donaciones y a intervenciones, será de enorme utilidad poner en la agenda pública campañas de concientización promovidas por el Estado.
Mejorar la calidad de vida de personas que padecen patologías severas a raíz de que alguno de sus órganos ha dejado de cumplir su función específica es un acto que debe despertar conciencias en tiempos en que por estas tierras crispadas no abundan las buenas noticias.
