Luego de haber concretado dos iniciativas clave para su gestión, el Gobierno de Javier Milei enfrenta ahora el desafío de hacer crecer la economía.
La sanción de la Ley Bases y la firma del Acta de Mayo en Tucumán configuran dos hitos destacados para una administración que tiene una reducida representación parlamentaria y que carece de gobernadores partidarios.
En las últimas horas, funcionarios de distintas áreas decidieron acelerar diversos proyectos que, a su entender, pueden dinamizar las relaciones y las actividades económicas.
Sin embargo, la principal apuesta de la gestión Milei se asienta en reducir la inflación a niveles mínimos, mantener esa estabilidad por un período prolongado y en lograr que la economía vuelva a crecer.
El desafío es mayúsculo si se tiene en cuenta la herencia que recibió: precios en alza, con riesgo de devenir en una hiperinflación, un Banco Central virtualmente en bancarrota y la caída de numerosos sectores.
Milei y sus funcionarios admiten que es necesario eliminar todas las regulaciones del mercado cambiario, para generar un escenario confiable en el desarrollo de los negocios.
Mientras persista el cepo, hay distorsión en los precios relativos e incertidumbre a qué valores reales se venden los productos al exterior, entre otros factores. El Presidente había prometido avanzar rápidamente en eliminar esa traba, pero los indicadores de inversión y de exportaciones para el segundo semestre no lucen alentadores en cuanto al ingreso de dólares.
Por ello, decidió acudir a un nuevo acuerdo y préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por unos 10 mil millones de dólares, para acometer el desafío de desarmar la mayor traba de la economía. Hasta ahora, no hubo avances significativos.
Milei acaba de acentuar la incertidumbre al señalar que la liberación del cepo será posible cuando la devaluación oficial y la inflación se aproximen a cero, es decir, cuando haya plena estabilidad.
Sugirió, además, que en el tiempo ese objetivo podría lograrse a fin de año, lo que contradice el reciente adelanto del Presupuesto 2025. En ese cálculo, el ministro de Economía, Luis Caputo, había estimado una inflación de 130% para este año, con un índice de precios que se movería entre 4% y 5% mensual durante el segundo semestre.
El Gobierno está frente a un desafío enorme, luego de haber logrado en el primer semestre superávits fiscal y financiero de la administración pública.
Si bien estos logros deben ser reconocidos, la demanda está centrada ahora en un regreso al crecimiento y a la generación de fuentes de trabajo.
Además de la cuestión cambiaria, la administración Milei está obligada a generar un escenario macroeconómico sólido, que incluya la hoja de ruta de una política cambiaria sin trabas, y el avance sobre reformas estructurales, en particular, sobre las relaciones laborales.
El logro de dos importantes hitos de gestión apenas son la base de lanzamiento para la construcción más ambiciosa que ansía la Argentina: retornar al crecimiento económico, que deje atrás el desempleo y la pobreza.
