Los datos son incontrastables: la falta de confianza en el Gobierno volvió a alentar el aumento del dólar y una caída en las acciones y en los bonos que impacta en la suba del riesgo país.
El fuerte apoyo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y del secretario del Tesoro, Scott Bessent, se diluyó rápidamente ante las dificultades políticas que enfrenta la gestión de Javier Milei.
Ciertos sectores de la oposición han decidido rechazar las iniciativas oficiales en el Congreso y llevar adelante proyectos que suponen un fuerte aumento del gasto público, pero que no incluyen referencias específicas acerca de cómo serán solventados.
¿Quién puede estar en desacuerdo con la necesidad de un aumento en las jubilaciones y las pensiones, en los recursos para la discapacidad y en una mejora de las partidas para la emergencia pediátrica?
Muy pocos pueden rechazar esos proyectos, pero quienes los impulsan se olvidaron de proveer una mejora sustancial para esos sectores en sus recientes gestiones.
Es inadmisible escuchar a la expresidenta Cristina Kirchner pregonar a favor de tales asistencias, cuando en el pasado se obvió atender tales demandas.
La exmandataria llegó a vetar una ley que proponía restablecer el 82% móvil en el pago de las jubilaciones, y en aquel entonces aludió a razones similares a las que esgrime la actual administración: la falta de financiación y el fuerte déficit fiscal que supondría esa actualización.
La oposición en el Congreso y las denuncias de corrupción, revividas ahora por supuestos lazos del diputado nacional y primer candidato oficialista en la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, con maniobras de lavado de dinero, han desacreditado la propuesta electoral de Milei.
En forma paralela, hay un fuerte reclamo de los sectores vinculados con la construcción, con la industria y con el comercio para revertir la crítica situación que atraviesan.
La caída del salario y una menor actividad dispararon la pérdida de fuentes de trabajo y el cierre de locales, incluso de grandes firmas.
La suba del dólar refleja la natural propensión de los argentinos a refugiarse en la moneda norteamericana durante los períodos preelectorales.
Existe, en forma simultánea, un parate en las decisiones de los sectores más dinámicos –petróleo, gas, minería y agroindustria–, a la espera de la votación, lo cual complica aún más el escenario económico.
Analistas y exfuncionarios sugieren que el Gobierno debería dejar flotar libremente el dólar, para generar una mejor circulación de divisas y pesos, entre otras acciones.
Sin embargo, esa medida podría alentar en los meses posteriores una inflación más alta que la que se registra actualmente, una de las banderas electorales del oficialismo.
Milei enfrenta una coyuntura económica adversa y una caída en el apoyo de la sociedad hacia sus políticas, para lo cual debe esbozar una propuesta que contemple los intereses de la mayoría.
La oposición, más allá de su desenfreno electoral, debe contribuir con iniciativas sensatas, lo que evitará una crisis que afecte aún más el delicado cuadro social.