Córdoba le ofreció a la Nación hacerse cargo de los trabajos que restan para terminar la autopista 19, una obra que debería haberse terminado hace ya varios años, pero que está paralizada casi por completo desde 2021.
El gobernador Martín Llaryora aprovechó la visita del presidente Javier Milei por el acto del 25 de Mayo para proponerle que la Nación le transfiriera a la Provincia la gestión de la obra.
Estamos hablando de unos 65 kilómetros en dos tramos que presentan distinto grado de avance en su construcción. La autopista 19 no sólo es muy relevante para las localidades que están a su vera, sino también para todo el comercio del Mercosur. Esa es una de las razones por las que la traza actual registra mucho tránsito pesado y una alta tasa de accidentes. Algo similar ocurre con la ruta nacional 158, que une San Francisco con Villa María y Río Cuarto, como parte del corredor bioceánico del Mercosur, y en la que nunca se pudo avanzar con un proyecto de al menos una autovía.
En el caso de la ruta 19, según el Gobierno provincial, hay disponible financiamiento internacional para terminar las obras. Luego la Provincia, mediante algún tipo de acuerdo, se encargaría de su administración mediante el sistema de peaje.
La historia de esta obra pública ejemplifica a las claras los problemas de gestión que enfrenta recurrentemente el Estado argentino, por los crónicos desequilibrios de su economía.
El acuerdo entre Provincia y Nación se firmó en 2016. Poco después, el tramo cordobés fue seleccionado como uno de los corredores viales que se construiría bajo el sistema de participación público-privada que alentó el presidente Mauricio Macri. Pero la fuerte devaluación del peso en 2018 y la consiguiente crisis económica generaron problemas de financiación y la salida de algunas de las empresas que se habían adjudicado la obra.
Como el tramo santafesino de la autopista estaría concluido hacia 2019, resultaba coherente que los plazos inicialmente fijados para el segmento cordobés previeran su finalización para marzo de 2020. No pudo ser. Estamos llegando a la mitad de 2024 y todavía falta construir, como se ha dicho, unos 65 kilómetros.
Sin embargo, el presidente Alberto Fernández visitó Córdoba en junio de 2021 e inauguró dos tramos de la autopista, que se concluyeron con un atraso de unos 15 meses respecto de los plazos iniciales. Eran tiempos de campaña electoral y había que inaugurar lo que se pudiera.
Por entonces, faltaba construir unos 65 kilómetros de autopista. O sea que en los últimos tres años no se avanzó casi nada, aunque en los papeles se reprogramó su finalización para septiembre de 2023.
En aquellos actos de inauguración parcial, el gobernador Juan Schiaretti supo decir que la construcción de la autopista 19 era “importante para todos los argentinos”. Hoy, cuando el Gobierno nacional decidió suspender por completo la obra pública porque su objetivo prioritario es eliminar el déficit fiscal, aquella afirmación se torna un argumento de peso para sostener la necesidad de que el Estado lleve adelante determinadas obras que beneficiarán a todo el país.
Argentina necesita que su economía crezca, y para ello se requiere aumentar el volumen del comercio internacional, sobre todo en el intercambio con los países vecinos, donde la autopista 19 y la demorada autovía 158 juegan un papel significativo.
