La Municipalidad de Córdoba decidió transformar su farmacia en un laboratorio farmacéutico, para ampliar su capacidad de producción y desarrollo. Por lo tanto, adaptó las instalaciones de toda el área productiva, lo que representa casi el 50% de su superficie total, y ahora se apresta a iniciar los procesos de certificación de las especialidades medicinales que fabrica.
Es una muy importante conversión, que requiere ser pensada a largo plazo porque expresa lo que puede hacer un Estado activo sin dilapidar recursos y sin obstruir el accionar del sector privado.
El primer objetivo del plan que se ha fijado el laboratorio Arturo Umberto Illia es producir los medicamentos que se distribuirán en los hospitales municipales y los centros de salud de la Capital. Un segundo objetivo es poder distribuirlos en localidades del Ente Metropolitano y otros municipios y comunas.
En ese proceso, se tramitará la habilitación correspondiente de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para posibilitar la comercialización a nivel nacional.
La Provincia ya avaló la producción de paracetamol. También se iniciaron los trámites para obtener los certificados requeridos para elaborar repelentes en crema. De ambos medicamentos se fabricarán grandes cantidades hasta mayo, en línea con las políticas sanitarias de combate contra el dengue.
Cuando pase la temporada estival, se sumarán a la producción las unidades de cicatrizante, triderm, antimicótico, sulfamidas y gentamicina, entre otros medicamentos.
El laboratorio realiza además pruebas piloto de enalapril, metformina, diclofenac 75, ibuprofeno 400 y antigripales, que cuando se alcancen las certificaciones requeridas, integrarán los planes de producción bosquejados para 2025.
Como lo demuestra la experiencia de la Provincia de Santa Fe con su Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF), la producción pública de medicamentos puede ser un factor estratégico en la gestión sanitaria del territorio; un factor que incluso puede generar recursos.
El LIF tiene una interesante historia, que se remonta a mediados del siglo 20, y fue declarado Sociedad del Estado por medio de una ley provincial. En ese contexto, en 2008 se puso en marcha un plan de modernización que fue multiplicando su capacidad productiva.
Por ejemplo, a principios de este año el LIF anunció una inversión de más de $ 2.000 millones para concluir una nueva planta de producción que estaba paralizada desde 2022 y que le permitirá elaborar nuevas formulaciones de amoxicilina y cefalexina, de uso habitual en los hospitales públicos. Las estimaciones previas indican que el autoabastecimiento de esos dos medicamentos implicaría un ahorro anual cercano a $ 1.500 millones. En otras palabras, el ahorro de sólo un par de años superará con creces la inversión realizada.
La discusión política actual, a nivel nacional, parece inclinarse a favor del desmantelamiento del Estado. Desde esa perspectiva, la decisión de la Municipalidad de Córdoba podría interpretarse como un posicionamiento “contra la corriente”. Eso la vuelve riesgosa, pero también la potencia estratégicamente. Está de por medio la salud de la población que se atiende en los hospitales públicos.