La ciencia médica se enfrenta ante nuevos desafíos, conforme a la reedición de enfermedades que se consideraban erradicadas y a los enigmas que plantean otras por ahora de origen desconocido.
Huelga apuntar que la pandemia por el Covid-19 recién declinó sus efectos devastadores cuando las investigaciones de laboratorio permitieron conocer causas y consecuencias, y producir a gran escala las vacunas que aún hoy siguen su esquema.
Pero las mutaciones de todo orden que puedan complicar la salud de las personas siguen su curso y colocan a los científicos frente a un reto crucial.
Por caso, la hepatitis infantil aguda de origen desconocido irrumpió por estos tiempos en el Reino Unido, con ramificaciones confirmadas en una docena de países. Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, ya suman cerca de 200 los pacientes con esta patología.
Vicisitudes sanitarias que deben ser asumidas desde la prevención, de modo que una eventual expansión global de casos no nos encuentre en un estado de desprotección, como ocurrió con el coronavirus.
El citado organismo europeo reveló que hay investigaciones en marcha en todos los países que han confirmado casos, pero admitió que por el momento la causa de esta hepatitis es una incógnita.
En el mismo sentido se manifestó la Organización Mundial de la Salud (OMS), al señalar que no se han detectado conexiones entre los casos diagnosticados, como tampoco con posibles contagios relacionados con viajes entre países.
La única certeza sobre este tipo de hepatitis infantil aguda (y otra vez las comparaciones con el Covid-19) radica en que “hay investigaciones en marcha”.
Respecto de la situación en Argentina, la Sociedad Argentina de Pediatría emitió días atrás una “alerta” por brote de hepatitis aguda grave de origen desconocido en niños que se reporta en Europa, en Estados Unidos y en Israel, entre otras regiones.
La entidad trató de no extremar los riesgos prematuros, toda vez que, apuntó, no se han observado en el país ni en la región incrementos de cuadros de hepatitis aguda en relación con otros años. En resumen, cautela y notificación temprana.
“Sensibilizar la sospecha”, pregona la Sociedad Argentina de Pediatría, en coincidencia con una versión que daba cuenta de que ya se había observado el primer caso sospechoso de hepatitis pediátrica aguda en el hospital Gutiérrez, de Buenos Aires.
Es oportuno alertar a las autoridades sanitarias acerca de que estas contingencias toman estado de preocupación en paralelo a afecciones propias de la época.
Es de agenda prioritaria completar el programa de vacunas, con particular atención en el ámbito pediátrico, pero con alcance a toda la población.
En este esquema, se debe dar protección a los sectores más humildes de la población que no cuentan con los medios indispensables (como abonar el boleto de un transporte público) para trasladarse a los centros de inmunización.
El planeta se ha corroído de fenómenos de origen desconocido. Y la salud humana siente sus efectos. La tragedia del coronavirus debe aportar la experiencia en un sentido decisivo: la prevención.
