La Cámara Nacional de Casación Penal falló a favor de cinco reclusos federales alojados en la cárcel de Bouwer, en la periferia sur de la ciudad de Córdoba. Les concedió un habeas corpus correctivo por hacinamiento y condiciones inhumanas de detención. El recurso, tramitado por un defensor público, ilustra el mal estado de las cárceles provinciales, por problemas de infraestructura y sobrepoblación.
Previamente, el Juzgado Federal 1 y la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba habían entendido que, si bien la petición apuntaba a un penal en particular (Bouwer), el mismo reclamo se podría hacer contra todos los penales del país. Para la Cámara, que esa situación alcanzara en general a todos los penales fue motivo suficiente para rechazar la cuestión de fondo. Además, valoró de modo positivo que se estuvieran construyendo nuevos módulos.
Pero, como replicó el defensor, esos módulos difícilmente se inauguren en 2025, apenas tendrán capacidad para 900 internos y la sobrepoblación actual en las prisiones provinciales supera con creces esa cantidad.
Córdoba no tiene un penal federal en su territorio. Es decir, a los presos federales la Provincia debe alojarlos en sus propios penales. Más allá de si Nación paga por ese servicio, y si paga poco y con demoras increíbles, no se trata de una cantidad importante a la que se pueda responsabilizar de la sobrepoblación. Estamos hablando de apenas 263 detenidos.
Cuando se conoció el fallo de Casación Penal, las autoridades provinciales intentaron apuntar hacia la Nación. Como era noticia la inauguración de un penal federal en Coronda, Santa Fe, sugirieron que a los beneficiarios del habeas corpus la Nación los podría trasladar a esa localidad. Luego mencionaron que podrían intimar al Gobierno federal para que directamente se llevara a los 263 presos.
Supongamos que esa medida se hiciera efectiva la semana que viene. La sobrepoblación carcelaria y los problemas de infraestructura no desaparecerían. Y es esto lo que requiere una solución que, como no podrá ser inmediata, demanda un plan inteligentemente diseñado, con objetivos de corto, mediano y largo plazo.
Basta leer la resolución de Casación Penal para comprender la complejidad de la cuestión. Las celdas estuvieron pensadas, en un principio, para un único ocupante con dimensiones acordes a las recomendaciones internacionales. Con el tiempo, la cama fue reemplazada con una cucheta. Más tarde, se agregó una cama. Pero producto de la necesidad, cuando ya la celda tenía tres habitantes, hubo que agregar colchones en el piso, de modo que en cada celda llegamos a tener cuatro o cinco internos en 7,5 metros cuadrados, de los que debemos restar el espacio para una mesa y un inodoro.
Un pabellón para 25 personas, entonces, puede albergar 100 internos o más. Por pabellón, hay dos duchas. No sólo por ello bañarse es una odisea. Es común que no haya agua. Y en las celdas, por las noches, se corta el agua.
Los derechos de los detenidos están resguardados por la Constitución Nacional y por los tratados internacionales suscriptos por nuestro país. La sentencia de Casación es taxativa: revertir las condiciones de hacinamiento. Beneficia a cinco detenidos puntuales, pero expresa el derecho más elemental de todos los internos de las prisiones provinciales. El Gobierno provincial debe dar respuesta.