La política decididamente contraria a la investigación científica que aplica el Gobierno nacional se revela en la paralización de proyectos que tenían acuerdos de desarrollo desde hace tiempo. Una señal negativa reflejada, asimismo, en los recortes presupuestarios para las universidades. En términos concretos, para la educación en general.
Las estadísticas al respecto señalan que en 2024, en el primer año del Gobierno libertario, el presupuesto para las universidades fue el más bajo en décadas, lo que agitó protestas multitudinarias en las principales ciudades del país, entre ellas, Córdoba.
Sin embargo, los números duros del ajuste parecen irreductibles y afectan, incluso, las necesidades de radicación edilicia de algunos organismos con tareas específicas, como las que cumple el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet).
Como informamos días atrás, es el caso del demorado proyecto de construcción del Polo Científico Conicet Córdoba, un edificio que está previsto levantar en predios de la Ciudad Universitaria, de la Universidad Nacional de Córdoba.
Al igual que otras propuestas vinculadas a la educación y a la investigación tecnológica, la idea de la sede propia está frenada desde la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación, según afirmaron desde el Conicet Córdoba.
Hay cuestiones no resueltas sobre partidas de dinero ya asignadas durante la última etapa del gobierno de Alberto Fernández y que fueron liberadas a través del entonces Ministerio de Ciencia y Tecnología (con la nueva administración, el área fue bajada a secretaría), que tenía como titular a Daniel Filmus. Lo curioso del asunto es que por esos meses se liberaron montos correspondientes al 30% del valor de la obra.
Sin embargo, según señalan desde el Conicet, el trámite de traspaso de ese dinero nunca llegó a destino y hoy la plata estaría retenida en una dependencia del Gobierno nacional encargada de dar curso a diversos programas del Estado.
Un contexto enredado y difuso para un proyecto de alto valor científico que, por ahora, y merced a la escalada de restricciones, pone en grado de incertidumbre la obra del Polo Científico.
“El proyecto brinda una oportunidad única de integración entre disciplinas, entre proyectos de investigación y transferencias de diferentes unidades ejecutoras, como así también con actores sociales vinculados al desarrollo de políticas públicas”, afirmó la directora del Conicet Córdoba, Mónica Balzarini.
De hecho, hablar de políticas públicas nos orienta hacia temáticas de cierta pluralidad, entre las que se referencian y destacan las de claro interés social.
A poco de asumir, el gobierno de Javier Milei puso en marcha un plan de ajuste que en algunos casos afectó duramente el poder adquisitivo de ciertos sectores de la comunidad. En particular, para cubrir necesidades básicas como la alimentación y la compra de medicamentos por parte de jubilados que sobreviven con ingresos muy deteriorados.
La cita viene a cuento en razón de las prioridades en una situación de crisis. Lo ideal sería encauzar la economía y dar sustento a los deberes del Estado; entre ellos, el apoyo a la investigación científica.