La incursión de menores de edad en hechos delictivos generó encendidos debates sobre la edad a partir de la cual se debe establecer la punibilidad a tenor de la ley penal. Una vieja polémica que no termina de zanjarse, pero que ha colocado a la sociedad en estado de estupor, por el avance implacable de la minoridad en el peligroso escenario de la criminalidad.
Parece ser que siempre habrá un motivo para estirar la discusión. En Córdoba, por citar un caso reciente, cobró gran notoriedad la situación del adolescente de 15 años que pasó la línea de lo imaginable al motivar 18 intervenciones policiales y judiciales en pocos meses, por diversas acciones delictivas.
En función de un pedido a la Justicia por parte de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), el menor permanece bajo control con una tobillera electrónica.
Pero hay otros debates que merecen la atención colectiva y que apuntan a la rehabilitación de los menores en conflicto con la ley por vías pedagógicas.
En ese marco, vale ponderar el Programa de Justicia Restaurativa del Fuero Penal Juvenil, que se puso en marcha en agosto de 2023 con alcance en la jurisdicción de la ciudad de Córdoba. Como dimos cuenta a poco de su puesta en vigor, se trata de un dispositivo que busca generar espacios reflexivos y pedagógicos en la minoridad con pasado delictivo.
En resumen, el objetivo primordial radica en acotar los niveles de reincidencia y en asumir, desde un protocolo particular, la toma de conciencia sobre los daños causados a las víctimas. Es decir, el diálogo en un ámbito específico que intenta involucrar no sólo a víctimas y victimarios, sino también a la comunidad en general ante un fenómeno en auge.
Los resultados son alentadores, en virtud de que, entre los jóvenes entrevistados, 175 expresaron su voluntad de involucrarse en el programa. Pero lo más auspicioso aún consiste en que, sobre 23 casos concluidos y conforme a los delitos perpetrados, como robos, extorsión y lesiones, una ínfima minoría habría reiterado conductas punibles.
La edad de punibilidad puede adecuarse a la dinámica que se observa en materia criminal juvenil. Pero, como señala la jueza del fuero correspondiente, Ileana Benedito, la intención siempre es abordar la parte educativa en primer lugar, en bien de examinar posible vías de solución para un problema de alto voltaje social.
Es complicado colegir si este elogiable programa de Justicia Restaurativa podrá poner fin a la delincuencia en manos de adolescentes, aunque siempre serán tema de consideración los beneficios de la educación en los ámbitos adecuados; entre ellos, el entorno familiar, a menudo diezmado por los desencuentros y por la pobreza agobiante que induce a muchos chicos a involucrarse en el terreno equivocado.
Como admite la jueza Benedito, hay familias muy fracturadas sobre las que también se realiza un acompañamiento. Un desafío global para rescatar a la juventud del malvivir antes de que sea tarde.