El fin de semana último se viralizó en redes sociales un supuesto fragmento de una entrevista al gobernador bonaerense Axel Kicillof en el que, ante una pregunta sobre las propuestas del peronismo, respondía: “Hoy no tengo una propuesta, tenemos que buscarla”. La pieza resultó falsa: en el video original, el mandatario sí enumera una serie de iniciativas.
Pero no se trata de un caso aislado. Durante la campaña legislativa porteña, circularon dos videos: uno donde supuestamente Mauricio Macri anunciaba que se había decidido bajar la candidatura de Silvia Lospennato y otro en el que esta misma comunicaba esa decisión. Ambos contenidos visuales fueron fabricados con inteligencia artificial.
En 2023, un video mostró a Javier Milei cantando la marcha peronista, cuando en realidad el audio original correspondía a un cántico de su propio espacio.
Y, más recientemente, el diputado nacional Rodrigo de Loredo compartió un video manipulado del gobernador cordobés Martín Llaryora, con el mismo patrón de desinformación, aun cuando el legislador radical argumentó que todo fue una sátira aclarada de manera explícita.
La proliferación de estos contenidos -editados, manipulados o directamente generados con IA- es un peligro real para la salud democrática. Más allá de la rapidez con que se desmienten, la primera impresión que dejan puede influir en la percepción de miles de personas antes de que aparezca la aclaración.
Además, aun después de dichas aclaraciones, esas imágenes siguen circulando a través de cuentas falsas, descontextualizadas, con el fin de desinformar.
En este escenario, las iniciativas de fact checking impulsadas por medios de comunicación u organizaciones no gubernamentales se vuelven imprescindibles. No sólo detectan y verifican rápidamente casos de desinformación, sino que cumplen un rol para enseñar a la ciudadanía a identificar señales de manipulación: cortes abruptos, audios desincronizados, fuentes poco confiables o inconsistencias visuales.
Con ese propósito, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) difundirá a partir de la semana que comienza dos campañas que expresan el compromiso del periodismo profesional contra la desinformación. Una de ellas expresa la adhesión de los medios del país a cinco principios para preservar la integridad de las noticias en la era de la inteligencia artificial. La otra campaña se dirige a niños, niñas y adolescentes, con el mensaje “No te quedes con el primer link”.
Fomentar una cultura de la verificación y de la responsabilidad social antes de compartir un contenido ayuda a reducir el impacto de estos engaños y fortalece la capacidad colectiva para no caer en trampas digitales.
Las organizaciones políticas debieran tomar nota de que la difusión de noticias falsas, deepfakes y videos armados con inteligencia artificial no sólo erosiona la credibilidad del adversario: también degrada el debate público y siembra desconfianza hacia todo el sistema.
En tiempos de campaña, la tentación de “golpear” con una pieza viral puede ser grande, pero el costo para la democracia es altísimo.
Es cierto que ya resulta imposible evitar que se produzcan y circulen estos videos. La tecnología para crearlos está al alcance de cualquier usuario y su distribución es instantánea.
Sin embargo, justamente por eso, la responsabilidad de las fuerzas políticas es mayor: no deben replicarlos, y mucho menos aprovecharlos, sino denunciarlos de inmediato, sin importar a quién perjudiquen.
La democracia no se defiende sólo con discursos. Requiere un compromiso activo de todas las fuerzas políticas para frenar la manipulación y proteger el derecho ciudadano a informarse con datos reales. De lo contrario, el terreno del juego electoral quedará cada vez más en manos de la mentira.