El desamparo de la infancia se verifica de múltiples formas en la Argentina. Desde el maltrato físico y psicológico hasta el más cruel despojo: la desaparición de un niño o de una niña.
Un verdadero espanto que va dejando sensaciones de escepticismo cuando el paso del tiempo no arroja las más mínimas certezas sobre el destino de esas criaturas inocentes. Asimismo, sobre los eventuales responsables de su desaparición, ya sea por acción u omisión.
Un contexto que, además, deja al descubierto el fracaso de la Justicia y de las fuerzas de seguridad en la tarea de dar con el paradero del menor o, de otro modo, de esclarecer si hubo algún desenlace de violencia que pueda haber provocado su deceso. En definitiva, un fracaso del Estado en toda su extensión.
Son numerosos los informes sobre violencia infantil en la Argentina, por lo que es propicio referirse a las intrigas que rodean el caso del pequeño Lian Flores Soraide, de sólo 3 años, quien desapareció el pasado 22 de febrero en la localidad cordobesa de Ballesteros Sud, un poblado rural ubicado en el departamento Unión, en la zona este de la provincia.
Desde aquella siesta agobiante por el calor, los investigadores no han logrado establecer qué ocurrió con el niño. Como informamos días atrás, transcurridos dos meses, no hay pistas firmes; sólo conjeturas y un par de rondas de declaraciones testimoniales de los padres de Lian y de testigos que poco y nada aportaron a la causa que se tramita a dos bandas: en la Justicia federal y en la provincial.
No se halló hasta ahora ninguna pertenencia del menor, ningún rastro. Como señala la nota periodística, después de dos meses, no hay nada de nada.
Claro que hubo autoelogios de funcionarios. Consta que, el mismo día de la desaparición del Lian, el ministro de Seguridad de Córdoba, Juan Pablo Quinteros, ponderó públicamente la “inmediata reacción policial”. Es plausible esa mención, aunque lo concreto y palpable radica en que ya se cumplieron dos meses de su ausencia y no hay novedades.
Este caso remite a otro hecho doloroso que tuvo una enorme repercusión y que se mantiene en el misterio absoluto: el del niño de 5 años Loan Danilo Peña, desaparecido el 13 de junio de 2024 en la localidad correntina de Nueve de Julio.
Hay familiares y allegados detenidos y rumores acerca de un presunto caso de tráfico infantil, pero volvemos al comienzo: nada transparente en un pago chico donde el ocultamiento puede ser la vía de escape a la persecución penal.
Para cerrar esta enumeración, vale citar el trágico destino de María Maidana, la niña de 5 años que estaba desaparecida en Formosa y cuyo cuerpo fue hallado el pasado martes enterrado en cercanías de la localidad de Bermejo.
En síntesis, no habla bien de la seguridad y de la protección de la infancia en la Argentina que desaparezcan niños y niñas y sea imposible tener una pista cierta sobre lo que sucedió.