Durante 2022, 375 personas murieron en siniestros de tránsito en la provincia de Córdoba. La cifra no sólo supera las que se registraron en cada uno de los dos años previos, marcados por la pandemia, sino que incluso está por encima de la que tuvimos en 2019, cuando se contabilizaron 345 fallecidos.
Este diario inició en 2007 un programa de monitoreo de los siniestros viales que ocurren en nuestra provincia y provocan muertes. Datos policiales y judiciales, así como información difundida por la prensa, son chequeados por La Voz y luego son cargados en una base que nos permite hacer el seguimiento de una veintena de variables. Tipo de vehículo; circunstancias del choque; edad de los fallecidos; lugar, día y hora del siniestro; etcétera.
Esto quiere decir que hemos cumplido 16 años de estudio. En 2008, el año más dramático, registramos 577 fallecidos. En 2020, pandemia mediante, tuvimos la menor cantidad: 265 muertes. Con todo, el promedio histórico nos sitúa en el orden de los 440 fallecidos por año, lo que representa un muerto cada 19 horas. Hace unos pocos años, ese promedio nos marcaba que se perdía una vida cada 17 horas. La reducción es tan pequeña que no permite pensar en un cambio de tendencia.
No hay motivos reales y concretos, entonces, para ser optimistas. Los números de 2022 se ubicaron por debajo del promedio que acabamos de señalar: un muerto cada 23 horas y fracción. Como hemos señalado en otras oportunidades, en el corto plazo se pueden advertir descensos o crecimientos significativos en la estadística, pero no se mantienen en el largo plazo.
Es por ello que hace tiempo que venimos alertando sobre los factores más recurrentes de los siniestros viales que causan muertes. La participación de las motos en este tipo de incidentes es muy alta (un tercio de los muertos de 2022), así como de los varones (casi dos tercios). Y si observamos el rango de edad de los fallecidos, algo más de la mitad fueron adultos jóvenes y adultos.
Aunque parezca increíble, no hubo una diferencia importante entre los choques propiamente dichos y los despistes, o sea que hay una sustantiva cantidad de personas que mueren en vehículos cuyos conductores simplemente pierden el control.
El exceso de velocidad, la imprudencia de los conductores y la ingesta indebida de alcohol son tres elementos que se repiten con demasiada frecuencia. Tres cuestiones que son perfectamente controlables por quien maneja un vehículo, cualquiera sea. Es, además, algo muy simple.
No conducir si se ha bebido alcohol; respetar los límites de velocidad, tanto en una ruta como en una ciudad; adecuar el manejo, en cualquier circunstancia, a las normas de tránsito. Agreguemos un par de elementos adicionales, vinculados con la seguridad y la concentración: usar cinturón de seguridad en el auto y casco en la moto; no utilizar el celular mientras se conduce.
Si pudiéramos habituarnos a estos patrones, veríamos un impacto positivo en las estadísticas. Las muertes en accidentes viales son evitables. Depende de nosotros.
