El último informe del Observatorio de Seguridad y Convivencia, del Consejo para la Planificación Estratégica de Córdoba (Copec), establece un panorama complejo sobre la muerte violenta en la provincia.
El estudio confirma un descenso en homicidios y en siniestros viales, junto con una baja pronunciada en robos y hurtos. Sin embargo, expone también un incremento en los suicidios, situación que exige un análisis profundo y una respuesta estatal más decidida.
El documento presenta estadísticas actualizadas hasta fines de octubre de 2025 y permite comprender la evolución reciente de distintos indicadores vinculados a la seguridad y a la salud pública.
El informe registra 15.481 hechos presuntamente delictivos en octubre. Los delitos contra la propiedad representaron 60,7% del total, con 9.396 casos. Los delitos contra las personas sumaron 4.229 hechos, lo que incluye amenazas, lesiones, abusos y muertes violentas.
Hasta octubre de este año, los homicidios llegaron a 77, contra 94 en el mismo período de 2024. En octubre se contabilizaron 11 homicidios, cifra idéntica a la del año anterior.
La cantidad de muertes en siniestros viales también mostró una baja. El acumulado anual llegaba ese mes a 287 víctimas, frente a 319 del año pasado. En octubre se registraron 17 siniestros fatales, con 18 fallecidos.
Frente a estos datos, el indicador que despierta mayor preocupación aparece en la categoría de suicidios. En octubre se produjeron 34 muertes, contra 32 el mismo mes del año pasado.
En el acumulado anual, se observa una paridad relativa: 289 este año contra 292 en 2024. Sin embargo, el incremento interanual de octubre y la persistencia de cifras elevadas confirman una tendencia que requiere atención prioritaria.
Tres de cada cuatro casos corresponden a varones y el grupo más afectado se ubica entre 25 y 44 años, seguido por adultos de 45 a 64. Incluso se registran casos entre personas mayores de 65 años.
El suicidio es la dimensión más inquietante del informe, no por su volumen absoluto sino por su naturaleza. No encaja en las lógicas tradicionales de la violencia urbana. Apunta a un conjunto de factores que atraviesan situaciones personales, sociales, económicas, sanitarias y culturales. Constituye un fenómeno multicausal que ningún enfoque lineal puede explicar.
Requiere diagnósticos interdisciplinarios y políticas sostenidas que aborden la salud mental desde una perspectiva preventiva y comunitaria.
Durante décadas, la prensa evitó tratar este tema. La combinación de tabú social y temor a estimular conductas imitativas empujó el problema hacia la invisibilidad. Sin embargo, con el tiempo el suicidio se consolidó como una verdadera preocupación de salud pública.
El informe de Copec muestra cifras y tendencias. Se deben convertir estos datos en decisiones.
Córdoba necesita políticas públicas sanitarias más integrales, con inversión sostenida en atención psicológica, acompañamiento territorial, acceso a dispositivos de intervención temprana y estrategias educativas que fortalezcan el desarrollo emocional desde edades tempranas.
La prevención exige acción estatal, participación comunitaria y un cambio cultural que permita hablar del tema sin estigmas. Nada resulta más urgente que evitar que estas cifras se repitan cada año con la misma regularidad.
