El sistema de taxis y remises en la ciudad de Córdoba atraviesa uno de los peores momentos de los últimos años. La llegada de las aplicaciones, el crecimiento del número de autos de alquiler ilegales en los barrios y la caída de los viajes en pandemia pusieron a este servicio en una situación más que complicada.
Los dueños de taxis aseguran que la rentabilidad es cada vez menor y que hay más permisionarios que optan por guardar el vehículo, para evitar mayores gastos. “Ya lo tengo asumido: con dolor dejé el taxi en el garaje de mi casa, porque sacarlo es ir a pérdida. Asumí que me fundí; elegí mal”, se sinceró un permisionario que lleva más de 10 años en el sistema.
Por tratarse de un servicio regulado por el municipio (ordenanza 12.859), los dueños de taxis y remises están obligados por normativa a que los coches cumplan con la prestación. Pero a riesgo de ser multados o de que les retiren la chapa, hay propietarios que deciden retirarse del sistema.
El recambio de modelos de vehículos es uno de los mayores inconvenientes que tienen por afrontar, de la mano de una caída de los viajes que ronda el 30 por ciento en comparación con los meses previos a la pandemia.
La decisión del Gobierno municipal de Martín Llaryora de enviar al Concejo Deliberante un proyecto para que se autorice el sorteo de cuatro mil chapas de taxis y remises alentó a los choferes más que a los permisionarios. La última entrega de estas licencias se dio en 2015, cuando la administración de Ramón Javier Mestre otorgó (en varias etapas) 280 chapas.
Ya en ese momento se dio prioridad a los trabajadores que tenían más años en el servicio y se alentó una actualización del sistema con coches más nuevos y el uso de aplicaciones. para evitar perder frente a las remiserías ilegales que funcionan en la periferia, pero que cada vez más avanzan hacia el área central, incluso con plataformas digitales.
En 2019 hubo un intento por sortear 1.500 chapas más, ya con la idea de sumar mujeres al volante. Pero la proximidad del cambio de gestión hizo que esa idea quedara postergada hasta estos días.
Para la actual administración, las cuatro mil chapas son una oportunidad laboral y una forma de regularizar el servicio, pero también una ocasión para cumplir con la normativa, la que establece que para Córdoba debe haber disponible un taxi cada 300 habitantes, y un remise cada 320.
Para los dirigentes sindicales que representan a los choferes, es igual a trabajo y una certificación para frenar a Uber y Cabify, las dos aplicaciones interesadas cada vez más en el mercado de Córdoba. La ordenanza 12.859 es la que regula este sistema y la que fija que estos autos de alquiler deben estar registrados y autorizados por el municipio para cumplir con la prestación, por lo que no abre la puerta a que particulares realicen cobros por traslados.
Este fantasma es el que repelen los choferes y por el que temen que sea apoyado por más ediles (Juan Negri es uno de los concejales que se mostró a favor de Uber). “Tenemos el compromiso del oficialismo en el Concejo Deliberante de que se tratará el sorteo de chapas, pero no se discutirá sobre Uber”, dijo Lidio Soriano, del Sindicato de Trabajadores de Taxis.
En los hechos, las apps ya están operativas (de manera ilegal) desde hace más de año. Uber sigue promocionando beneficios para choferes y hace pocos días informó una actualización tarifaria con precios por debajo de los de un taxi. Este mismo tema se replicó esta semana en Rosario, donde Uber lanzó promociones especiales. Allí se discute que –ante la falta de taxis– la aplicación gana terreno.
Por todo ello, la pregunta que surge es hasta dónde el sorteo de chapas podrá frenar el transporte ilegal, tanto de aplicaciones como de remiserías, que suman más de cinco mil autos, según un relevamiento de remiseros autorizados.
En principio, se presenta como una salida que deberá estar a la altura de los pasajeros que piden, como mínimo, autos en condiciones y pago con tarjetas.
