–Mientras la vida humana se va extendiendo cada vez más, las actividades laborales también se van corriendo, pero los deportistas de elite siguen terminando sus carreras cuando todavía les queda muchos años por vivir.
–Sí, pero ahora estamos mejor que hace 20 años.
–¿Por qué?
–Porque cambió el concepto de preparación, de cuidados. No solamente en natación, sino en diferentes disciplinas. Te lo llevo con el deporte más popular, que es el fútbol, jugadores como Messi o Cristiano Ronaldo están a un nivel excelente con una edad de 36, 37 años, y con aspiraciones de poder continuar. En natación pasa algo más o menos parecido. Era muy raro hace 20 o 30 años ver a nadadores en un gran nivel de 30, 30 y pico, y hoy los hay. De todas maneras, sí, por supuesto que en comparación con otras profesiones, la vida útil es mucho más corta.
–En tu caso, ¿cómo fue ese momento del retiro?, ¿qué sentiste?
–Yo, bien. Viste que hay un montón de deportistas que por ahí cargan con la mochila de no tener resuelta la decisión de abandonar o hay algo que te impide o que te limita. En mi caso no fue así, porque fue una decisión personal, yo podía seguir durante unos años más, pero fue algo que ya tenía como un ciclo cerrado, sobre todo en mi cabeza, más allá del plano físico. En mi cabeza sabía que había llegado a ese momento un año antes. Y en ningún momento sentí algún reproche interno. Creo que fue una decisión sabia, en el momento justo, y que me pude preparar muy bien para definir ese cierre.
–¿Te pesó o te pesa lo que perdiste de hacer en la adolescencia o la juventud para entrenar para la alta competencia?
–Yo era como el bichito raro, era como el diferente, porque también hacía cosas diferentes, y esas cosas diferentes me llevaron a lograr lo que pude lograr. Estaba convencido de lo que quería para mi vida y no me lamento. El deporte me dio con creces mucho más de lo que por ahí me llegó a quitar, que tampoco es mucho lo que me quitó. Más allá de que alguna vez me haya pasado de que me invitaran a jugar al fútbol y decía: “Pucha, no puedo ir porque me puedo lesionar” o salir alguna noche a una fiesta
–¿Y te hubiese gustado jugar al fútbol?
–No, no tenía ninguna posibilidad de poder llegar a algo, menos mal que mis viejos se dieron cuenta de que para mí era la natación y que los entrenadores le hicieron saber lo mismo. En algún momento hice alguna pequeña prueba por el básquet y me sacaron corriendo. Siempre fui muy patadura, me gusta el fútbol, pero porque me gusta jugarlo y lo disfruto. Hoy ya no lo juego porque me lesioné las rodillas.
–¿Y de qué jugabas?
–Normalmente jugaba atrás o jugaba al medio, pero siempre con amigos; por ahí, en algún que otro torneo que me metí, pero a pasar vergüenza, para correr un rato, reírnos, distendernos. Siempre me lo tomé como para eso. Más allá de que cuando jugaba, al ser competitivo, siempre quería ganar.
–¿Vas a la cancha?
–Ahora menos que en otras épocas, lo veo más por tele, no sé, lo disfruto más viéndolo por televisión, tranquilo en casa, no creo que sea ser menos hincha. Sigo a Belgrano por televisión y lo banco, pero no en tantas idas a la cancha como tuve en otras épocas, cuando iba prácticamente todos los fines de semana y viajaba.
–¿Y nunca se te dio por involucrarte por ser dirigente o te llamaron para una lista de dirigentes del club?
–En algún momento con el “Luifa” (Artime), cuando ganó el primer período. Me tiró la idea como para estar, y le dije que para eso debía estar al 100%, por eso preferí no asumir un lugar que no iba a poder dar lo que yo podría haber dado. Preferí seguir acompañando desde afuera y a disposición si en algún momento me puedan llegar a necesitar.
–¿Y en otras actividades, como la política?
–Sí, muchas veces me invitaron.
–¿Y?
–No, no, no, no, no. Tuve un paso muy fugaz en 2009 por la Agencia Córdoba Deportes. Se creó un programa olímpico que estaba destinado a atletas de elite y estuvimos ahí con Néstor Pedernera y José Rodríguez. Al año, decidí salir porque vi que no era lo mío.
–Empezaste con las clínicas de natación, escribiste un libro, creaste tu propia marca de indumentaria, ¿cómo que te reinventaste?
–Empecé a disponer un poco más de tiempo, a buscar ocupaciones para ese tiempo libre que me quedaba, que antes lo usaba para entrenar, para viajar y competir. Empezaron a salir proyectos y algunos emprendimientos... y funcionaron bien. Sigo ligado a la natación desde otro lugar.
–¿Y en el ciclismo cómo te fue o cómo te va?
–El ciclismo pasó a ser un hobby. Es mi deporte de cabecera para estar en movimiento. Me gusta, lo disfruto, tengo varios amigos que fui haciendo en este deporte, hermoso si los hay. Siento que necesito hacer deporte porque el cuerpo y la cabeza me lo piden, entonces dispongo de dos o tres veces para semana salir a pedalear. Córdoba tiene lugares espectaculares para pedalear.
–¿Y fuera de la actividad deportiva, qué otro “hobby” u otra cosa te gusta hacer?
–Me gusta viajar; cuando puedo, lo hago. Cuando dejé de nadar, no tenía ganas de ir a un aeropuerto ni por casualidad, después con el tiempo empecé a conocer otro tipo de viajes, porque nosotros viajábamos y no conocíamos nada porque íbamos a competir.
–¿Cómo consideras que está hoy el deporte en Córdoba?
–Creo que el deporte en Córdoba tiene más recursos que tiempo atrás, se nota que hubo obras y que las hay, que se sigue haciendo, que falta por hacer, sí, sí, falta por hacer, obviamente porque las necesidades también están. Están no sólo en el alto rendimiento, están en otros estratos también como el deporte social, que es un poco la base de la pirámide y que es donde muchas veces tenemos que generar que más chicos hagan deporte y que esa calidad aumente después en cuanto a la cantidad, porque si comparamos con otros, todavía nos falta muchísimo. No tenemos un deporte universitario, que sería bueno tenerlo, que haya competencias universitarias. Me parece que hay un montón de falencias y de problemáticas como prioridades, la salud, la seguridad, la educación, y el deporte va de la mano con la educación.
–Supongo que la pregunta que más te hacen es: ¿cómo hacés a los 46 años para mantener el cuerpo?
–No sé si es la pregunta que más me hacen, pero sí es una pregunta recurrente. Creo que mucha genética y después hacer deporte y ser más o menos ordenado con la comida. Como asado, como hamburguesas. La semana pasada tuve dos o tres días de comer hamburguesa, asado, salida, alguna cerveza me tomo, y después me agarra la culpa y me voy a pedalear. Es tener más o menos esa disciplina, disponerme por ahí para salir a pedalear esas tres veces por semana, hacer algo de gimnasio y después con la alimentación estar más o menos ahí, darme los gustos, pero tampoco pasarme para el otro lado.
Perfil
José Meolans tiene 46 años, nació en Córdoba y empezó a nadar como deporte en el Club Tiro Federal de Morteros, el pueblo de sus abuelos, con solo 5 años. Fue campeón mundial en Rusia, medalla de oro en los Panamericanos de Santo Domingo, medalla de oro en los Odesur de Argentina y ostenta aún el récord argentino en 50 metros libres. Participó de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, Sydney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008.