¿Alguna vez habrá paz en esa región? Es la pregunta que nos hacemos cada vez que Israel y Hamas se enfrentan y el mundo mira atónito a cientos de personas morir sin ningún sentido, más que satisfacer los deseos de los amos de la guerra para conservar sus puestos rentados.
Este lunes, el ahora cardenal designado por el papa Francisco, el arzobispo de Córdoba Ángel Rossi, pidió hacer una oración por la paz en la Catedral. Desde el Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz), nos movilizamos para concretar esa solicitud. Musulmanes y judíos hemos convocado a nuestros feligreses, y con ellos a los feligreses cristianos también, para una jornada de paz, tal como lo hicimos en otra oportunidad por Ucrania y Rusia.
Si bien el Comipaz es una institución de trascendencia cordobesa, nuestras acciones y convocatorias se escuchan en el mundo entero, especialmente en las Naciones Unidas, ya que formamos parte de ese organismo internacional.
Una idea sobre la que vengo pregonando desde hace mucho tiempo y que es compartida por muchas personas: la necesidad de la existencia de dos estados, uno israelí y otro palestino (este último existe de hecho, pero sin reconocimiento mundial oficial) para que, de una vez por todas, ambos pueblos vivan en paz y en armonía. Y para que, tal vez, hasta puedan formar un estado confederado.
Es devastador observar imágenes de guerra y muerte. La vida de un ser humano es muy valiosa como para ser despreciada por algunos, cuyos intereses no tienen límites a la hora de tomar decisiones, poniendo en riesgo la vida de los demás.
En nuestro Libro Sagrado, leemos: “Quien matara a alguien sin razón alguna sería como si matara a la humanidad entera, y quien protegiera la vida de una persona es como si hiciera revivir a la humanidad entera”. (Corán, 05:32).
Ha llegado la hora de recapacitar sobre lo que esta ocurriendo en el mundo. No debe haber más lugar para el odio, el rencor ni los enfrentamientos estériles, cuyos resultados son más odio y más muerte.
La vida es muy corta; este es un lugar de tránsito y de paso acelerado hacia el otro mundo. Sin embargo, debemos disfrutar de la vida dentro de los parámetros establecido por Dios Todopoderoso. “A quien obra con rectitud, sea varón o mujer creyente en Dios, haremos que tenga una vida digna y placentera y será recompensado por sus buenas acciones”. (Corán 16:97).
* Iman, integrante del Comipaz
