Sancor anunció la apertura de su propio concurso preventivo de acreedores. El trámite, que se evalúa como el trazado de una línea para recomponer los objetivos, fue asignado por sorteo al Juzgado de Primera Instancia de distrito en lo Civil y Comercial de Cuarta Nominación de la ciudad de Rafaela, Santa Fe. Esta misma semana, el tribunal comenzará a ordenar diligencias administrativas para conocer las razones que llevaron a la cooperativa a solicitar esta intervención judicial.
La decisión se tomó a fin de evitar la quiebra, tras varios años de crisis financiera. La situación en la empresa se agudizó por problemas sindicales y despidos.
Desde la firma, informaron que “antes de avanzar con cualquier iniciativa concreta, la cooperativa debe resolver los problemas derivados de sus deudas y otras circunstancias que podrían frustrar futuras negociaciones”, por lo que “en este contexto, y con el objetivo de ofrecer una solución a todos los interesados, Sancor decidió dar este paso judicial”.
Ante esta determinación, se expresó que “aunque los resultados de esta medida no pueden preverse con certeza, la cooperativa confía en que las partes involucradas llegarán a un entendimiento”, y se remarcó que “esto permitirá concretar, con el apoyo de herramientas técnicas y financieras adecuadas, una solución definitiva que garantice la consolidación de Sancor“.
Problemas en las últimas décadas
Desde el campo académico cooperativo, revisando e investigando antecedentes, se advierte que esta cooperativa de productores lecheros continuó acumulando problemas en las últimas dos décadas.
En efecto, sólo en las últimas dos semanas se repartieron cartas documento mediante las cuales al menos 300 trabajadores fueron desvinculados, y en los últimos días la Cooperativa de Provisión de Obras y Servicios Públicos de Balnearia, al este de la provincia de Córdoba, cortó el suministro eléctrico de la planta en esa localidad.
A priori, y dadas las evidencias, la única salvación de Sancor es reconducirse y convertirse en una auténtica empresa recuperada, gestionada por sus mismos asociados quizá en alianza con sus trabajadores, recuperando los principios básicos del cooperativismo que llevaron a esta enorme cooperativa de tamberos a ser un faro en el mundo de la economía solidaria civil.
Los grandes problemas de Sancor comenzaron hace 20 años, en 2005, cuando una reforma estatutaria, seguida de malas decisiones administrativas, comenzaron la debacle. Desde entonces la empresa entró en crisis, precisamente cuando fue abandonando los principios del cooperativismo.
A lo largo de dos décadas, hubo varios intentos de rescate por parte de diferentes gobiernos. Sin embargo, los problemas continuaron y hoy Sancor Cooperativas Unidas Limitada, enfrenta deudas por unos U$S 400 millones.
La ola de despidos tendría un capítulo más, con otras 200 desvinculaciones. En este marco, tres de las cinco plantas que tiene Sancor están prácticamente sin producción.
Con el corte del suministro eléctrico aludido, la empresa láctea, ahora sin luz y previa autorización judicial, está obligada a proponer un replanteo del esquema productivo de la planta en Balnearia, donde se fabrican quesos semiduros y desde la cual se deriva grasa a Devoto (otra localidad del este cordobés) para la manufactura de manteca y del queso Mendicrim.
Una misma realidad se vive en las plantas que Sancor tiene en Coronel Gálvez y en Sunchales (Santa Fe), así como en La Carlota (Córdoba). La compañía ya redujo su productividad al mínimo: por estos días procesa unos 180 mil litros de leche diarios, una sombra de los cuatro millones que supo tratar en las buenas épocas.
En las cartas documento, Sancor especificó que la decisión de despido se debe a “razones de fuerza mayor ajenas a la voluntad de la compañía” y que se garantizarán los pagos de indemnizaciones y liquidaciones conforme a la ley.
Vale recordar que el año pasado comenzó con un conflicto entre la compañía y la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra), por falta de pagos y posteriores bloqueos en las plantas, lo cual repercutió de manera negativa para que SanCor avance a este colapso.
No obstante, para alivio al menos provisorio de las partes involucradas, en agosto del año pasado la empresa se comprometió a liquidar los sueldos como corresponde; ello gracias a la autorización de notables incrementos en los precios de los productos lácteos por parte del actual Gobierno nacional.
Pero enero de 2025 arrancó de nuevo con problemas y los salarios se empezaron a pagar en partes. De esa manera, Sancor confirmó que seguía sin conseguir los aportes suficientes para sostener sus plantas, la producción y los salarios. Por el momento, el gremio no emitió ningún comunicado oficial, pero dadas las variables en juego, se espera que tal conflicto recrudezca.
¿Solución judicial cooperativa?
Sancor no pudo ni supo superar una crisis que ya en 2016 le generó pérdidas por poco menos de $ 2.500 millones. Así entonces, y mal que nos pese, se fortalecía la hipótesis legal de solicitar su propio concurso preventivo de acreedores, dado que según nuestro derecho cooperativo vigente (de facto), no existe ninguna posibilidad legal de transformar a Sancor en sociedad comercial ni asociación civil, como tampoco la de vender en forma parcial ni total a terceros.
Igualmente, tanto las sucesivas autoridades de Sancor, pero sobre todo el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), debieron adoptar oportunas y atinadas medidas, legalmente previstas, como la designación de veedurías, coadministración y hasta la propia intervención judicial de la Cooperativa, sin perjuicio de analizar e impulsar una gradual, paulatina y novedosa recuperación mixta de la empresa. Esto último de forma voluntaria por parte de todos sus asociados productores registrados, en alianza con sus trabajadores indemnizados o renunciantes, pero ahora cooperativizados como empresarios de su propio trabajo personal, fuera del alcance sindical.
* Experto Coneau en Derecho Cooperativo