En marzo de 2024, publiqué en este diario un artículo donde decía que el presidente Javier Milei era un distinto y que produciría un gran cambio en macroeconomía. Vaya que lo hizo.
En ese texto, señalaba que, al no ser Milei un político tradicional, a veces resultaba desconcertante. Él trabaja con el modelo que aplican los expertos en demandar y ofrecer que se llama “regateo”, y que, según Chris Voss en su libro Never Split The Difference (traducido al castellano como Rompe la barrera del no), es una vía que el FBI (la Agencia Federal de Investigaciones de los Estados Unidos) suele utilizar en sus negociaciones.
Ahora estamos ante una Argentina diferente, que sorprende a ciudadanos y a gran parte del mundo.
El porqué de esta realidad es el cambio de estrategia.
Fuerte negociador
El flamante presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, utiliza estrategias semejantes en los temas que le competen.
Trata la solución aplicando una vara alta, e imagino que de esta forma busca que los políticos dialoguen y se logre un resultado que satisfaga a todos.
Por ejemplo: expresó que Canadá podría llegar a ser parte de Estados Unidos porque económicamente su dependencia lo merecería y que los aranceles de importación fueran de un 25%. Igual lo hizo con México.
En principio, el resultado fue el esperado por él: logró que ambos países reforzaran con soldados las fronteras para evitar el tráfico ilegal de drogas y armas.
Trump exige un alto precio para lograr sus propósitos y los morigera luego.
Con respecto a Gaza, su vara fue muy alta. No le importaron las críticas o los comentarios que esto provocaría, porque su intención era otra.
Es un jugador muy fuerte; pide mucho para luego negociar un acuerdo y que le den lo que realmente le parece posible. Algo que aún es una incógnita.
En resumen, pienso que políticos como Trump y como Milei son estrategas maquiavélicos que sorprenden por su audacia para lograr un acercamiento a sus voluntades en vistas de un beneficio común entre las partes.
* Exdiputado nacional